Adrián Calvente, un prometedor chef que sueña con ser profesor de hostelería

    Segundo finalista en el certamen gastronómico GMchef, quiere seguir formándose en la cocina, su primera vocación, para hacer realidad otra que ha descubierto con los años, la enseñanza

    Por Soraya Fernández

    Llegamos a su vivienda de Torreguadiaro. Lleva una mañana frenética, y no es para menos. Tiene sólo 21 años pero las ideas muy claras. Adrián Calvente ha quedado en segundo lugar del certamen gastronómico GMchef España con su creación ‘Quisquilla tropical’, un plato con el que se ha medido ante más de 300 concursantes con 150 recetas diferentes.

    Los medios de comunicación no han parado de llamarlo durante toda la mañana, aunque hace un hueco para atender a SGplus en persona antes de regresar a la Escuela de Hostelería La Inmaculada de Granada, donde cursa el primer año de Dirección de Cocina y Empresas.

    La cocina es para él una vocación y asegura que desde pequeño le apasionan los fogones. Por ello, decidió estudiar en la Escuela de Hostelería de San Roque, donde cursó Cocina y Panadería y Repostería. Luego se fue a trabajar con una estrella Michelín en Jerez, LÚ Cocina y Alma. Transcurrido ese año se marchó a Granada para ampliar su formación y obtener un grado superior. “Quería conocer un mundo nuevo, una gastronomía diferente y otra forma de vivir”, nos cuenta.

    De la Escuela de Hostelería de San Roque sólo tiene buenos recuerdos: “Fue una experiencia muy bonita donde compartí aprendizaje con personas a las que le apasionaba lo mismo que a mí”.

    Ya en Granada tuvo la oportunidad de presentarse al concurso culinario GMchef, que este año ha alcanzado su quinta edición, aunque asegura que nunca pensó que entraría a competir y mucho menos en quedar en segunda posición, un resultado que le ha dejado muy buen sabor de boca: “Era algo que veía como un sueño lejano. Ha sido muy emocionante y estoy muy satisfecho. El hecho de haber llegado a la final ya me hace sentir ganador. Además, esto te abre las puertas para otras posibilidades y otros restaurantes”.

    Un homenaje a Granada

    Y, ¿en qué consiste la ‘Quisquilla tropical’?. La creación de Adrián es un tartar/ceviche que tiene a la quisquilla de Motril como protagonista, marinada en ron montero y acompañada con un gazpacho de cítricos del Valle del Lecrín y con un aire de cilantro. Con este plato, su creador ha querido rendirle tributo a toda la provincia de Granada y a su escuela. 

    Cuando se le pregunta si se queda con la cocina tradicional o la creativa, lo tiene claro: la segunda no puede existir sin la primera: “La cocina creativa nace de la tradicional. Sin dicha base, por muchas nuevas técnicas que apliquemos, la cocina moderna es imposible”.

    Sobre su futuro, Adrián está decidido a continuar formándose para llegar a ser profesor de cocina: “Voy a seguir estudiando para hacer un máster ya que me gustaría ser profesor en una escuela de hostelería. Me encanta la enseñanza y compartir mis conocimientos con todas esas personas que están empezando”.

    Se siente más cómodo con los platos fríos aunque también tiene debilidad por la cocina italiana. Entre sus referentes, Dani García, como ejemplo de humildad y chef que lleva a Andalucía como bandera, aunque no el único: “También me encanta el chef Pedro Subijana, o el vanguardista Dabiz Muñoz, aunque no debemos olvidar que hay muchos chefs que no son tan conocidos y que son unos grandísimos profesionales”.

    Adrián también tiene espacio para la solidaridad y llama a utilizar los productos locales y a apoyar a los pequeños negocios y al sector de la restauración en estos complicados momentos. 

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