Niños autónomos, adultos inteligentes

    Por OLIMPIA TARDÁ, gerente del Internacional Montessori School, psicóloga infantil y especialista en coaching familiar

    ¿Me podías indicar, por favor, hacia donde tengo que ir?

    Eso depende de a dónde quieres llegar, contestó el gato.

    A mí no me importa demasiado a dónde…dijo Alicia.

    En ese caso, da igual hacia dónde vayas, interrumpió el gato (Alicia en el País de las Maravillas, Lewis Carrol).

    Saber dónde queremos llegar es el primer paso que tenemos que dar para empezar a caminar  y llegar a nuestro destino. Acostumbramos a decir cuando tenga (dinero, salud, tiempo libre….) haré ésto o lo otro y seré más feliz .

    Pero es justo al revés como tenemos que plantearnos la frase, desear algo es transformarse para atraer el logro, dice el escritor Raimón Samsó. Por ello, tendríamos que preguntarnos, qué tengo que hacer para ser la persona que llegue a tener aquello que deseo.   

    Os animo a preguntaros ¿Qué tengo que hacer para ser el padre o madre que me lleve a tener la familia que deseo? ¿Qué valores quiero transmitir a mis hijos?

    En un mundo cada vez más interconectado y con multitud de  información contradictoria  y modas sobre cómo debe ser la crianza y educación de los niños, los padres nos sentimos cada vez más inseguros y con más miedos, lo que nos lleva a preguntarnos continuamente si cada acción o decisión relativa a su futuro es la correcta o no. Tenemos miedo a decirle ‘no’ porque se pueden traumatizar o a que sufran, miedo a que se equivoquen , a que no sean felices,…. Términos como padres helicópteros (aquellos que sobrevuelan a los hijos resolviendo sus problemas , pendientes de cada movimiento y de sus necesidades), madres tigres (centradas en la excelencia en los resultados académicos y excesivamente perfeccionistas),  madres medusas (excesivamente permisivas que no ponen límites y dejan en los hijos la toma de decisiones),…ponen de relieve que la hiperpaternidad, tal  como la denomina Eva Millet , es una tendencia educativa de este siglo caracterizada por la sobreprotección de los hijos y la resolución de sus problemas, con la creencia de que hay que dar a los hijos todo tipo de oportunidades para que triunfen en la vida .  Sin embargo, según dice la autora, sobreproteger es desproteger, si resolvemos todo a nuestros hijos, les estamos diciendo “sin mí no puedes hacerlo, no eres capaz”. Esto merma su autonomía y les hace frágiles y con poca tolerancia a la frustración. 

    Y ¿Qué podemos hacer entonces los padres? Desde mi punto de vista, no perder nunca el sentido común, relajarse, disfrutad de la paternidad entendiendo que habrá días mejores y otros horribles,  como en todo, quererles mucho sin perder la autoridad, acompañarles en su frustración no evitarla, confiar en ellos, asignarles responsabilidades, y cuando te encuentres en una situación en la que no sabes qué hacer, volver a recordar los valores que quieres transmitirles. Cualquier ayuda innecesaria es un obstáculo para el desarrollo, decía María Montessori. Formar a niños autónomos es imprescindible para que se conviertan en adultos independientes.

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