Redescubriendo el valle de La Cañada

    SGplus les propone una ruta gráfica para redescubrir uno de los maravillosos lugares que atesora nuestro entorno, el valle de La Cañada

    Por Soraya Fernández · FOTOS DORO Jr.

    No vamos a descubrir ahora lo que ofrecen Sotogrande y su entorno en lo que a golf y naturaleza se refiere. La zona es un referente mundial en esta disciplina deportiva y uno de los mejores lugares para profesionales y amateurs. Es también un paraíso para los amantes de la calidad de vida, la naturaleza y el turismo deportivo.

    SGplus quiere sin embargo ayudarles a redescubrir algunos de los maravillosos lugares que atesoramos. Uno de ellos es el valle de La Cañada, un lugar que nos deja unas estampas impresionantes por el que, ya que no podemos salir por el confinamiento, les sugerimos una ruta gráfica y virtual de la mano de las instantáneas de Toni Doro y del testimonio de Salvador Fernández, uno de los fundadores del Club de Golf La Cañada y propietario de la Venta Toledo.

    El valle de La Cañada está situado entre el hoyo 9 hasta donde están los dos puentes. Se trata de una zona de bosque muy frondosa y espectacular. Esta ruta virtual y gráfica empieza en la montaña y termina en el río Guadiaro. A lo largo del recorrido encontramos también unos monolitos que nos explican en qué hoyo estamos. Las imágenes hablan por sí solas de la belleza del lugar.

    Pero, ¿cuál fue el origen de estas imágenes? En la década de los setenta había una gran afición al golf en la zona. “Había mucha ilusión por jugar al golf, este deporte estaba en auge debido a Sotogrande pero no teníamos campo. Sólo  disponíamos de un terreno con cinco hoyos alrededor del campo de fútbol de Guadiaro que hicieron los caddies de Guadiaro en Sotogrande para poder jugar”, explica Fernández. En aquella llanura practicaron los golfistas que luego fueron profesionales, como Marín.

    En 1979, Salvador Fernández y otros amantes del golf decidieron fundar un club al que llamaron Club de Golf La Cañada porque era junto a la cañada donde practicaban este deporte. “Había mucha ilusión por jugar al golf pero no teníamos campo. Pensamos que la única forma era organizarnos y creamos el club. El número de socios avanzó a un ritmo muy rápido. Nos pusimos en contacto con la Federación Andaluza de Golf para poder federar a nuestros socios pero ahí comenzaron los problemas. No podíamos federarnos sin tener campo de golf”, indica.

    En esta etapa jugó un papel determinante el presidente de la Real Federación Andaluza de Golf, Ángel de la Riva. “Nos ayudó a iniciar todo el proceso. Fue una etapa muy dura. No teníamos dinero ni terrenos, sólo nuestra pasión por este deporte. De la Riva nos recomendó buscar un terreno aunque fuera pequeño para hacer unos hoyos y poder federar a la gente. Compramos una parcela de unos 600 metros en la zona del polígono industrial del Cañuelo y hablamos con Sotogrande para que nos dejara otras parcelas colindantes de calle de práctica. Y así lo hicimos y pudimos empezar a federar a nuestros socios”.

    Pero aquello era insuficiente: “Llegamos casi a 300 socios y no encontrábamos terrenos para hacer un campo de golf en condiciones. Ahí entró la mano de Sotogrande y de Juan Bezares, que era concejal de Urbanismo de San Roque, y empezamos a trabajar, incluso con una persona del círculo de amistades de Joseph Rafael McMicking, fundador de Sotogrande, hasta que encontramos unos terrenos apropiados, casualmente los mismos que daban nombre a nuestro club. Cuando fundamos el club no teníamos ni idea de que esos serían los terrenos del campo de golf. Nosotros jugábamos justo debajo de ambos puentes, de ahí el nombre del club. Eran unos terrenos que Sotogrande cedió al Ayuntamiento y que se convirtieron en el primer campo de golf municipal de Andalucía.”.

    “Las mejores vistas de Sotogrande”

    Y así fue como La Cañada dio lugar en 1982 al Campo de Golf La Cañada. Salvador Fernández asegura que no hay campo más bello. “Las vistas son las mejores de Sotogrande”, nos asegura.

    Fundado en 1982, cuenta con 18 hoyos (Par 71), los nueve primeros diseñados por David Thomas y los segundos nueve por Robert Trent Jones Senior. Son calles entretenidas y no muy largas, greenes rápidos, grandes arboledas y vistas espectaculares al Mediterráneo que lo han convertido en un campo ideal para los amantes de la naturaleza y de nuestro privilegiado clima. Este campo de golf tiene un terreno ondulado con dos obstáculos de agua y con el mayor de todos, el propio valle de La Cañada que le da su nombre. Es todo un reto para el jugador atravesar la cañada de un golpe.

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