Antonio Sánchez Luna, abogado socio de González, Sánchez & Partners

    El experto en derecho inmobiliario y urbanismo habla con SGplus sobre su trabajo, las circunstancias actuales del mercado en un enclave como Sotogrande y su compromiso comunitario

    Por Reyes Seijas · Fotos SGplus

    Para quien aún no lo conozca, complicado cuando hablamos de una persona nacida en Algeciras, criada en Sotogrande y ejerciendo desde 2001, Antonio Sánchez Luna es uno de los socios de González Sánchez & Partners. Un despacho de abogados con sede en Puerto Sotogrande y Marbella, especializado en Derecho Tributario y fiscalidad internacional, Derecho Procesal, Derecho Mercantil y Societario, y Derecho Inmobiliario. 

    En su caso la vocación pudo más que el ejemplo familiar, donde la mayor parte venían de la rama sanitaria. En un principio y siguiendo los consejos de su padre, Antonio se decantó por estudiar Química, pero algo le decía que su destino no iba por aquellos derroteros. Disfrutó como el que más estudiando la carrera de Derecho, de Erasmus en Portugal y con máster posterior en Sevilla. Y desde el primer momento tuvo la oportunidad de comenzar a ejercer. No tardó en empezar a trabajar con Joaquín González y en poco tiempo se convirtió en socio del despacho. Desde entonces han pasado veinte años, durante los cuales Antonio ha tenido la posibilidad de dedicarse en cuerpo y alma a su verdadera vocación: ayudar a los demás a resolver sus problemas. “Lo que me gusta es tratar con la gente y ayudar en lo que pueda, me da mucha satisfacción cuando le solucionas un problema a alguien, por insignificante que sea”, explicaba a SGplus. 

    Para él, la principal misión y responsabilidad de un abogado consiste en “ser honesto y saber que lo que estás haciendo es con la mejor de las intenciones, porque se trata de prestar un servicio y que se vayan satisfechos”. Y para que eso suceda, es necesario que “se sientan cómodos”. En lo que se refiere a la relación con el cliente y el desarrollo del proceso legal, destaca la confianza y llevarlos de la mano con el problema que tengan porque, como dice, “te están contando sus verdaderos problemas”. Y “aunque profesionalmente no te interese, siempre hay que pensar en lo que le conviene al cliente”, añadía. 

    Su entorno natural es Sotogrande y la comarca, de ahí su conocimiento profundo del mercado y de las particularidades que presenta. Es directo y conciso, “el 99% de nuestros clientes son no residentes en España o extranjeros”, con los que las circunstancias ocasionadas por la pandemia han acelerado el establecimiento de la relación a través de videoconferencia. En lo que a su sector se refiere, compara la urbanización con una “burbuja” y recuerda que “cuando la crisis inmobiliaria, parecía que no nos estábamos enterando. Siempre se dice que Sotogrande éramos los últimos en entrar en la recesión y los primeros en salir”. Premisa que atribuye a las circunstancias económicas y la clientela concreta de la zona. Y ahora, cuando hablamos de crisis generalizada, “la gente está invirtiendo en bienes inmuebles”. Una realidad cuyo motivo deja abierto a dos posibilidades: el deseo de salir de las ciudades en busca de espacios abiertos o la previsible devaluación del dinero, que lleva a querer comprar en zonas seguras y con garantías. 

    Lo que me gusta es tratar con la gente y ayudar en lo que pueda, me da mucha satisfacción cuando le solucionas un problema a alguien, por insignificante que sea

    Como experto en Derecho inmobiliario y urbanismo, Sánchez nos habla del due diligence que elaboran a cada cliente cuando desea comprar una propiedad y que suelen gestionar con un arquitecto de la zona. Se trata de hacer un estudio completo tanto de la parte urbanística como de la legal de cualquier bien inmueble. Y en el caso de que el cliente desee desarrollar algún proyecto, ayudarles a ver la viabilidad que tiene. “Acompañamos al cliente desde el principio hasta el fin y le entregamos un informe para que él tome la decisión de si quiere seguir adelante o no”. 

    Con todo lo vivido desde su despacho, Sánchez ve un mercado que nada tiene que ver con el de aquel boom inmobiliario, cuando las casas se vendían desde Londres, sobre plano y tan solo durante el proceso de construcción pasaba por hasta dos o tres manos. Reconoce que hay cosas que han cambiado, pero otras siguen suponiendo un inconveniente. “Una de las trabas que tenemos en este país a la hora de comprar una vivienda son los gastos que soporta, que al final te encarece mucho la vivienda”. 

    Admite que le cuesta delegar, entre otras cosas, porque disfruta trabajando y procediendo de una determinada manera. “Me encanta socializar y tratar con la gente. Es la parte que más me gusta de mi trabajo”. Pero ensalza el valor de contar con un equipo altamente cualificado y que llevan muchos años trabajando con ellos. 

    Aunque tanto para Antonio Sánchez como para su socio Joaquín González nada de todo esto tendría sentido sin el desarrollo de su lado más filántropo. Su compromiso expreso y su solidaridad e implicación con las necesidades sociales los definen como “socilidarios”. Una implicación que se traduce en su vínculo con Acción Humanitatis, iniciativas personales o actividades deportivas para recaudar fondos, que van a  parar a asociaciones del Campo de Gibraltar o cualquier otro destino necesitado. 

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