La campaña que promueve la repoblación de los montes andaluces ha registrado una participación más limitada debido a la pandemia, pero ha atraído a nuevos voluntarios que se han sumado a la iniciativa
Por Reyes Seijas · Fotos Verdemar
La edición 2020-2021 de la campaña que cada año impulsa Verdemar, con la ayuda y participación de los colectivos locales finaliza el período de plantación y repoblación. Una iniciativa cuyo objetivo es incrementar la biodiversidad y priorizar la conservación de nuestros montes, para garantizar la salud ambiental y la vida. Se trata de un proyecto activo condicionado por el período de plantación, que se comprende desde finales de octubre hasta finales de marzo y en cuyo título este año se le ha querido a hacer un guiño a la figura de la mujer en la sociedad.
SGplus ha hablado con uno de los representantes de la asociación ecologista, Alfredo Valencia, para conocer los detalles de la presente edición de una campaña que se enmarca dentro del Plan Forestal Andaluz, aprobado por el Parlamento en 1989.
Como ha sucedido en otras actuaciones, la pandemia ha marcado el desarrollo de una actividad en la que tanto la organización como la participación se han visto afectadas. Aunque, según explica el portavoz del grupo, “hemos tenido algo muy positivo y es que ha habido gente que ha sido su primera o segunda vez”. Lo cual posibilita la divulgación del conocimiento adquirido y la posibilidad de que sigan desarrollando posteriormente esta labor de manera independiente o bien sumándose a ésta u otras campañas similares. En torno a unos 150 voluntarios estima Valencia que han podido participar, con salidas al campo en grupos reducidos y repartidas en el tiempo. Circunstancia en la que hay que tener en cuenta que la capacidad de convocatoria abierta se ha visto notablemente limitada.
“El objetivo principal es la repoblación del suelo andaluz con especies autóctonas, mediante árboles o arbustos. Esto va acompañado de un claro sentido de educación y concienciación. No solo se trata de plantar árboles sino de llamar la atención sobre la necesidad de seguir manteniendo nuestros bosques autóctonos, nuestro matorral mediterráneo”, explicaba Alfredo. Porque Verdemar da prioridad a la labor divulgativa y pone el énfasis en el hecho de que los voluntarios conozcan las especies que se están plantando, de dónde provienen, por qué se planta en una época determinada, cuáles son las ubicaciones idóneas para hacerlo o las necesidades posteriores que puedan requerir esos árboles. Aunque la canalización de la participación siempre se ha hecho a través de las asociaciones implicadas y colectivos locales, en esta convocatoria se ha querido apostar porque sean los propios ciudadanos los que tomen la iniciativa y sean ellos mismos los que se organicen. “Al margen de nuestra convocatoria, invitamos a los ciudadanos a que también lo hagan por su cuenta. Nosotros les damos todas las instrucciones y recomendaciones sobre dónde plantar según que especies. Es una manera de crear hábito para que después lo sigan haciendo”.
Por norma, la reforestación de los espacios públicos degradados se realiza mediante la aportación de plantas autóctonas procedentes de los viveros de la Consejería de Desarrollo Sostenible, junto con las especies que habitualmente guarda el grupo ecologista de un año para otro. Para contribuir de manera eficiente al mantenimiento e incremento de la biodiversidad es esencial que, como apunta Valencia, “en el caso de las semillas se intente que lo recogido previamente sea plantado en campaña en el mismo lugar”. Entre las especies plantadas: alcornoques, encinas, algarrobos, quejigos y fresnos. Mientras que de arbustos, semillas de arrayán y algún enebro.
El éxito de la reforestación depende tanto del nivel de participación, implicación y concienciación ciudadana, como del conocimiento sobre dónde y cómo hacerlo. “Al escoger las zonas de plantaciones es fundamental conocer su historia y antecedentes”, aclaraba el portavoz. Buscar el resguardo de los vientos de levante o poniente de la planta o la semilla, aprovechar las corrientes de la lluvia o evitar que sea un espacio con presencia de vacas o cabras para que no se las coman son algunos de los aspectos que se deben tener en cuenta.
Las plantaciones llegan en la presente edición a su fin pero, como apunta Valencia, “a nivel simbólico sigue, porque nosotros seguimos manteniendo especies de cara a final de año para la siguiente campaña”. Al mismo tiempo que continúan con su labor divulgativa sobre el respeto y la conservación de los bosques andaluces, resaltando los valores del bosque mediterráneo. “A la ciudadanía hay que hacerla responsable del cuidado de esos árboles. No solo de los bosques naturales que ya existen, sino también de lo que vamos repoblando, con un seguimiento posterior y hacerlo suyo”.