La divulgación y el trabajo en las habilidades sociales son los pilares de la Asociación Asperger-TEA Campo de Gibraltar. Conozcamos las características de un síndrome invisible en lo físico pero reconocible en las relaciones interpersonales

Por Reyes Seijas

Las habilidades sociales son a menudo un arma muy eficaz, un mecanismo espontáneo de apoyo, que ayuda al individuo en el entorno de las relaciones interpersonales a cualquier edad. Precisamente las habilidades sociales son el talón de Aquiles de aquellas personas, ya sean niños o adultos, a las que se les ha diagnosticado el síndrome Asperger TEA.

Tal y como explicaba a SGplus la psicóloga y coordinadora del equipo terapéutico de la Asociación Apserger-TEA Campo de Gibraltar, Eva María Paniagua, “no se trata de una enfermedad, sino de un trastorno que se encuentra dentro del espectro autista. Nosotros decimos que incluso es una forma de ser”. Según la psicóloga, las características básicas para realizar un diagnóstico se basan en que son chicos con muy poca flexibilidad cognitiva, que se guían siempre por las mismas rutinas, con dificultades a nivel lingüístico que les llevan a entender las cosas de manera literal y con dificultades de relación social. “No entienden de dobles sentidos, no saben iniciar, mantener y terminar una conversación y no captan el lenguaje gestual “, puntualizaba la coordinadora. Aunque como contrapunto, suelen poseer un área de interés limitada, donde se encuentran a gusto, llegando a convertirse en verdaderos expertos. 

Del conocimiento, del apoyo y la divulgación en los distintos estratos sociales de las características de este síndrome depende en gran medida la evolución de los asperger y de su plena inserción social. “Cómo se resuelva la vida de un asperger va muy relacionado con el círculo que tenga a su alrededor, el tratamiento que tenga, el aprendizaje, la ayuda y el apoyo”, concretaba a SGplus la presidenta de la asociación, Amparo Borrego. A lo que añadía: “Como asociación nos debemos a la información y a la difusión. Es muy importante concienciar a la población y, sobre todo, el círculo donde los niños se mueven, como son los centros educativos y los familiares para que sepan cómo abordar una interacción social con niños de estas características”.

La Asociación Asperger-TEA Campo de Gibraltar empezó a funcionar en 2017, promovida por las inquietudes de padres con niños diagnosticados. “Viendo la necesidad de ampliar los servicios que hay a nivel de instituciones públicas o bien crearlos, porque eran casi inexistentes”, explicaba Borrego, 13 familias empezaron la andadura en la comarca y hoy ya son en torno a 50. 

A nivel terapéutico, el grueso del trabajo en la asociación son las habilidades sociales, con talleres semanales en grupos muy reducidos -3 o 4 chicos-. La idea, según explicaba Eva, “es que ellos se sientan más libres a la hora de expresarse y nosotros poder realizar un trabajo más personalizado”. Son talleres en los que se trabaja en profundidad la comunicación, la empatía, la autoestima y lo que se viene a llamar `teoría de la mente´, esto es, entender la broma, las intenciones ajenas, interpretar los dobles sentidos o saber qué hay detrás de determinadas conversaciones. 

En la actualidad y debido a las circunstancias especiales ocasionadas por la pandemia, la asociación, además de adecuar sus instalaciones con todo lo necesario para cumplir con la normativa vigente y evitar el contagio, también se ha visto en la necesidad de paralizar el resto de actividades lúdicas e informativas o divulgativas, como el taller de punto de encuentro, el taller de autonomía personal, las escuelas de familias, la formación del profesorado y el alumnado o las salidas que estos chicos solían hacer fuera del centro, acompañados de los monitores. 

La labor de la asociación se enfoca en la búsqueda de que, como expresaba Amparo Borrego, “nuestros hijos lleven una vida lo más normalizada posible”.

Y probablemente, la aportación de las personas diagnosticadas con este síndrome sea más significativa de lo que pueda parecer en la sociedad actual porque, como decía Eva Paniagua, “me han enseñado a ver el mundo desde un lado más sincero, bonito y sin filtros, donde la bondad ilimitada y la importancia de un trato afectuoso les caracteriza”.