El cambio de rutinas de sus dueños tras el verano, el descenso de temperaturas y la reducción de horas de sol pueden afectar especialmente a nuestros perros y gatos tanto a nivel físico como emocional
La llegada del otoño y los cambios que conlleva tanto a nivel de condiciones ambientales como en nuestra vida diaria pueden afectar también a la salud física y el bienestar de nuestras mascotas. El cambio de rutinas tras el verano, el descenso de las temperaturas y aumento de la humedad implica tomar precauciones frente a posibles problemas de salud y emocionales que pueden afectarles e influir en su comportamiento.
Problemas de salud en otoño
Uno de los principales factores con la llegada del otoño es el cambio de temperatura. Aunque la mayoría de perros y gatos pueden adaptarse bien al clima más frío, algunas razas pequeñas o de pelo corto, o los ejemplares más jóvenes o especialmente mayores pueden necesitar una atención especial. Las razas caninas como los chihuahuas, u otras más grandes pero de poca cobertura capilar como los galgos, o los gatos de pelo corto en el caso de los felinos, pueden sufrir más con el descenso de las temperaturas, por lo que es importante proporcionarles abrigo en forma de mantas o ropa adecuada cuando sea necesario.
Por otro lado, el frío y la humedad pueden aumentar también el riesgo de enfermedades respiratorias, especialmente en aquellos que ya tengan problemas previos, como el colapso traqueal en perros pequeños o el asma felina. Por ello es crucial vigilar la aparición de tos, estornudos o dificultad para respirar y consultar al veterinario si se notan estos síntomas.
En cuanto a la condición física de nuestro compañero animal, el cambio de estación puede provocar una reducción en su nivel de actividad, que unido a una dieta inadecuada, le llevaría a un aumento de peso. Por eso, para mantenerles en forma, es esencial adaptar la dieta al nivel de actividad actual y encontrar oportunidades para el ejercicio incluso en días lluviosos o fríos.
De otra manera, ese sobrepeso repercutiría en sus articulaciones, una parte de su cuerpo para la que, por sí misma, el otoño puede ser una estación complicada. El descenso de la temperatura puede aumentar la rigidez articular, empeorando dolencias como la artrosis. Un buen remedio es utilizar camas ortopédicas o calentadores de cama, así como evitar largas exposiciones al frío sin protección. El ejercicio moderado y controlado también es beneficioso para mantener su movilidad.
Bienestar emocional ante los cambios de estación
El cambio de estación no solo afecta físicamente a las mascotas, sino también emocionalmente. El final del verano, especialmente en perros que se han acostumbrado a pasar mucho tiempo con sus dueños durante las vacaciones, supone también el fin de esa atención constante. Al regresar las rutinas laborales y escolares de sus dueños y esos nuevos momentos de soledad para nuestra mascota puede provocar ansiedad por separación.
Para evitarlo, es útil reforzar las conductas positivas y ofrecer rutinas estables, con la incorporación de juguetes que liberen comida o la práctica de técnicas de entrenamiento con refuerzo positivo que ayuden a reducir el estrés.
Además, la menor exposición a la luz solar puede afectar la producción de serotonina, la «hormona de la felicidad», en perros y gatos, provocando comportamientos más letárgicos. Para contrarrestarlos, se recomienda mantener una rutina de paseos diarios, preferiblemente durante las horas de luz.
Finalmente, en el otoño y con la proximidad del invierno, el tiempo más frío y lluvioso puede reducir las salidas al exterior, lo que provoca que algunas mascotas, sobre todo los perros, se resientan especialmente. Por eso es importante seguir proporcionando estimulación mental y física dentro del hogar, con juguetes interactivos, sesiones de juego y ejercicio que también ayudan a su bienestar emocional.
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Emotional and physical care for pets ahead of the autumn season
The change in their owners’ routines after the summer, the drop in temperatures and the reduction of sunshine hours can particularly affect our dogs and cats both physically and emotionally.
The arrival of autumn and the changes it brings both in terms of environmental conditions and in our daily lives can also affect the physical health and well-being of our pets. The change of routines after the summer, the drop in temperatures and increase in humidity means taking precautions against possible health and emotional problems that can affect them and influence their behaviour.
Health problems during autumn
One of the main factors with the onset of autumn is the change in temperature. Although most dogs and cats can adapt well to the colder weather, some small or short-haired breeds, or younger or especially older dogs and cats may need additional attention. Dog breeds such as Chihuahuas, or larger but short-haired breeds such as greyhounds, or short-haired cats in the case of felines, may suffer more as temperatures drop, so it is important to provide warmth in the form of blankets or suitable clothing when necessary.
On the other hand, cold and wet weather can also increase the risk of respiratory disease, especially in those with pre-existing problems such as tracheal collapse in small dogs or feline asthma. It is therefore crucial to monitor the development of coughing, sneezing or difficulty breathing and to consult a vet if these symptoms are noticed.
As for the physical condition of our animal companion, the change of season can cause a reduction in their level of activity, which, together with an inadequate diet, can lead to weight gain. Therefore, to keep them fit, it is essential to adapt their diet to their current activity level and to find opportunities for exercise even on rainy or cold days.
Otherwise, that extra weight would take its toll on their joints, a part of their body for which autumn in itself can be a difficult season. The drop in temperature can increase joint stiffness, worsening conditions such as osteoarthritis. A good remedy is to use orthopaedic beds or bed warmers, and to avoid long unprotected exposure to the cold. Moderate, controlled exercise is also beneficial for maintaining mobility.
Emotional wellbeing in the changing seasons
The change of season not only affects pets physically, but also emotionally. The end of summer, especially for dogs that have become accustomed to spending a lot of time with their owners during the holidays, also means the end of that constant attention. The return of their owners’ work and school routines and these new moments of solitude for our pet can provoke separation anxiety.
To avoid this, it is useful to reinforce positive behaviours and provide stable routines, with the incorporation of food-releasing toys or the practice of positive reinforcement training techniques that help to reduce stress.
In addition, reduced exposure to sunlight can affect the production of serotonin, the ‘happy hormone’, in dogs and cats, leading to more lethargic behaviour. To counteract this, it is recommended to maintain a daily walking routine, preferably during daylight hours.
Finally, in autumn and with winter approaching, colder and rainy weather can reduce going outside, causing some pets, especially dogs, to become particularly stressed. It is therefore important to continue to provide mental and physical stimulation indoors, with interactive toys, play and exercise sessions that also help their emotional wellbeing.