El diseñador Benjamín Friman comienza el año con el lanzamiento de su esperada colección masculina y pendiente de celebrar el desfile como el electo Nuevo Diseñador de la Alta Costura Española en 2020
Por Reyes Seijas · Fotos cedidas
Forma parte de esa distinguida selección que está dentro del Olimpo de los diseñadores de la alta costura española. La devoción por su trabajo, el dominio de todo el proceso creativo y su sensibilidad a la hora de percibir y expresar queda impreso en la esencia de sus exclusivos diseños.
Benjamín Friman fue nombrado el Nuevo Diseñador de la Alta Costura Española en 2020, de la mano de Atelier Couture. Galardón que hasta ahora ostentan 17 diseñadores españoles, incluido él, y reconoce su impecable labor dentro de un acotado y prestigioso elenco artistas de la moda. Pero “con la pandemia está todo prácticamente paralizado”, decía a SGplus, así que si todo sigue según lo previsto, el desfile que hubo que posponer el año pasado se celebrará el próximo mes de mayo.
La valentía bien podría ser otro de los rasgos definidores de este diseñador granadino que tras su estancia y paso por Sotogrande, en plena pandemia se embarcó en la aventura de abrir tienda en el madrileño barrio de Salamanca. Y por si aún no fuera suficiente, esta temporada estrena Fri-Man by Benjamín Friman, su nueva línea de hombre que arranca con una “mini colección”, algo que confiesa “tenía muchas ganas de hacer” y además le permite un perfecto juego de palabras con su propio nombre. Pero él prefiere ir con cautela y con esta incursión en la moda masculina pretende “plantear el terreno, porque no estamos para equivocarnos”, explicaba.
La nueva colección, que define como “muy casual y deportiva”, está inspirada en otra de sus pasiones, el deporte. “Yo de siempre he hecho mucho deporte y quería sacar una colección que no fuese demasiado arreglada pero que tampoco pecase de demasiado informal. Donde un pantalón de piel con corte chándal se puede mezclar perfectamente con una chaqueta, con un chaquetón o con una sudadera. Quería darle esa dualidad a la prenda, pero no basado en el hecho de que sea con aire deportivo”, aclaraba.
Una certera combinación de tejidos y materiales sobre una gama de colores que abarca el azul klein, el rojo, el blanco, el negro, el camel y el blanco roto dan vida a exclusivas chaquetas en piel perforadas y serigrafiadas, pantalones tipo chándal también serigrafiados, sudaderas con capuchas en piel, sudaderas de neopreno, etc. Y aunque ya se pueden ir viendo algunos modelos en sus redes sociales, si todo sigue según lo previsto, el próximo mes de mayo se prevé el lanzamiento completo de la colección.
De esta manera, Benjamín da cabida también a ese “hombre Friman” que, según cuenta, guarda muchas similitudes con la mujer, “porque la seguridad que da el hecho de vestir un poco diferente, con ese toque deportivo, con tejidos de algodón mezclados con piel, tejidos tecnológicos como el neopreno… hace que la identidad del hombre Friman sea diferente al que hay actualmente en el mercado. Un hombre seguro y diferente”.
Nuevos y ambiciosos caminos los que emprende el responsable de las dos últimas apariciones estelares de Belén Rueda sobre la alfombra roja de los Premios Goya en 2019 y 2020. Pero el caso de la actriz española, además de ser el doble reto más importante de su carrera, es solo la punta del iceberg de un nutrido repertorio de celebrities a las que ha vestido, como Daryl Hannah, Kira Miró, Marta Hazas, Hiba Abouk, Manuela Velasco, San Yélamos, Ana Brujas o Aida Folch; además de las modelos Laura Sánchez, Ariadne Artiles, Anna Barrachina, Dalianah Arekion o Paris Hilton.
Le gusta autodenominarse “modista”, porque domina y abarca a la perfección todo el proceso creativo, desde los bocetos, pasando por el patrón y el corte hasta la confección. Esto le permite desarrollar su profesión desde esa “libertad” bajo la que a él le gusta enmarcar la moda y que destila el apellido Friman, de origen escandinavo y utilizado para denominar a los esclavos una vez libres.
El amor que profesa por su trabajo se traduce en creaciones que cobran identidad propia, desde la inspiración que absorbe de todo lo que le rodea y de la manera que tiene de mirar el mundo. “Desde ese primer momento en que en tu cabeza se emite la señal de la inspiración, ahí es donde se empieza a disfrutar”, contaba. Y esas fuentes de inspiración no tienen límite: “yo voy por la calle y no voy mirando las cosas normales. Yo miro una manga, cómo anda la señora que tengo delante, el largo de una falda, cómo se mueven con una falda larga o qué movimiento hacen para sentarse…”. La perceptibilidad de Benjamín va más allá, se deleita dando rienda suelta a la búsqueda de esa esencia y nos da un rotundo ejemplo: “cuando voy a una tienda lo primero que hago es mirar en el interior de las prendas, porque yo digo que el alma de la prenda es lo que no se ve, el interior”.
Aun estando en el pedestal de ciertos privilegiados, Benjamín Friman sabe mantener los pies en la tierra y habla de la moda como uno de los sectores más tocados por la pandemia, aunque su discurso recupera cierto optimismo al reconocer que vuelve a haber cierta actividad. “Yo he empezado a ver gente que ha pospuesto sus bodas para verano y poco a poco estamos retomando de nuevo el tema de la costura a través de este tipo de eventos”, decía. Aunque le sorprende una nueva circunstancia que se le ha repetido recientemente. Novias que envían a sus madres u otras personas de confianza para una primera búsqueda de vestidos más económicos y que no estén dentro de la línea nupcial. Una muestra más de cómo la pandemia ha modificado la vida y las costumbres de la sociedad.
La mirada de Benjamín Friman con respecto a la moda hacia un futuro no muy lejano encuentra su espejo en épocas o acontecimientos pasados, y que han supuesto un revulsivo clave. “Siempre que ha habido una guerra o una tragedia mundial ha afectado a la moda. Después de lo que estamos viviendo va a haber una explosión de creatividad. Estoy totalmente convencido”.