El acuerdo de colaboración al que han llegado recientemente el Ayuntamiento de San Roque y Verdemar contempla una amplia programación de actividades y propuestas, para mantener el pulmón del Campo de Gibraltar

Por Reyes Seijas · Fotos Multimedia

El respeto es el fundamento de la relación entre hombre y naturaleza. Un vínculo con el que se nace pero que después es necesario mantener y alimentar. La conservación del entorno natural es esencial para el correcto funcionamiento del ciclo natural y se lleva a cabo desde todas y cada una de las decisiones y actuaciones que protagonizamos a lo largo de la vida. Y los resultados al final son beneficiosos para ambas partes. 

Para recordarnos esto y denunciar los problemas reales con los que contamos actualmente en el medio ambiente están organizaciones como la Asociación Ecologista Verdemar, que concretamente en el Campo de Gibraltar lleva trabajando desde hace 32 años. 

En esta ocasión el protagonismo se lo lleva el que es considerado, junto con el Parque Natural de los Alcornocales, el pulmón de la comarca. Hablamos del Pinar del Rey, el parque suburbano de San Roque que con 338 hectáreas, alberga especialmente en los fines de semana en esta época del año a miles de ciudadanos que acuden con sus familiares o amigos a pasar el día, comer y jugar al aire libre en plena naturaleza. Pero más allá de esta práctica habitual y extendida, no todos conocen la historia, el valor y la riqueza de la flora y la fauna con la que cuenta uno de los enclaves naturales más populares de la comarca. 

Fruto de la necesidad de acercar al ciudadano ese conocimiento, para que junto con la labor municipal de mantenimiento se consiga fortalecer el uso responsable y la conservación del Pinar del Rey, surge la aproximación y la nueva vía de colaboración entre Verdemar y el Ayuntamiento de San Roque, que se hizo oficial recientemente mediante la reunión mantenida entre los representantes de la asociación y el concejal de Participación Ciudadana y Juventud, David Ramos. 

“La idea era trazar una línea de colaboración en materia de medio ambiente, dar a conocer el Pinar del Rey y hacer actividades que lleguen a la gente”, explicaba a SGplus David Ramos. Y el punto de partida, según contaba el portavoz de Verdemar, Alfredo Valencia, ha sido la exposición `Vecinos Nocturnos´, dedicada a los murciélagos del Pinar del Rey y que acogió el Espacio Joven. A partir de ahí y antes de que finalice el año, si las circunstancias por la covid-19 no lo impide, hay previstas varias iniciativas. Una de ellas es la campaña de limpieza de residuos. Otra, una ruta por uno de los senderos del Pinar en la que se explicará la historia y la riqueza del paraje y se ampliará el conocimiento sobre la comunidad de murciélagos que allí habitan. Y la Gran Bellotada, que permitirá establecer un día para plantar bellotas y otras especies autóctonas, como alcornoques o acebuches. La idea, según explicaba Valencia, es ir añadiendo temas de actuación. 

Con respecto a la situación actual del Pinar del Rey, tanto Ramos como Valencia coinciden en el deterioro debido al mayor uso que se está haciendo del paraje natural ante la necesidad de la ciudadanía de ocupar espacios al aire libre. Pero que al mismo tiempo plantea la necesidad de concienciar a la población sobre el uso responsable del mismo. 

En este sentido, Ramos añadía que “parte del problema es el desconocimiento, por ello estamos trabajando en cuál es la mejor forma de hacer llegar las normas a todos los usuarios”. Por su parte Valencia extiende su propuesta tanto al conocimiento del valor natural del enclave como a la necesidad de cambiar la perspectiva. “Si vas a un espacio natural se supone que debes estar en armonía con él, que tu impacto sea cero, que disfrutemos del espacio realmente como es y que seamos coherentes. Queremos revalorizar la imagen del Pinar como un enclave natural importante que deben conocerlo, hacerlo suyo, conservarlo y respetarlo”, argumentaba el portavoz de Verdemar. Y hacerlo posible a través de una metodología práctica y amena, implicando a los ciudadanos. Y añadía, “hay que conectar más con la naturaleza, conocerla para respetarla y cambiar la óptica. Hoy se disfruta en el Pinar pero no con él”.