La sensibilización con el medio ambiente a través del conocimiento digital y desde casa es la propuesta de Verdemar, que aboga por un enfoque tecnológico natural

Por Reyes Seijas · Fotos Verdemar

La problemática medioambiental y la necesaria sensibilización para cuidar el ecosistema se extiende a lo largo y ancho del planeta. La responsabilidad ahora está en manos adultas y de ello depende la eficaz y constructiva transmisión de valores, que permitan a las generaciones más jóvenes conocer y conectar con la naturaleza. Algo que supondría una garantía en el futuro.

El 26 de enero está establecido como el Día Mundial de la Educación Ambiental. Esto es así desde que en 1975 se organizara en Belgrado el Seminario Internacional de Educación Ambiental, donde participaron expertos de más de 70 países y se establecieron principios al respecto en el marco de los programas de las Naciones Unidas. Desde entonces, el propósito de conmemorar este día es generar conciencia para conservar y proteger el medio natural, así como poner en valor la labor de educadores y profesionales del sector. 

En este sentido, Verdemar-Ecologistas en Acción va más allá y ha querido incidir públicamente en la recomendación de incluir la educación ambiental a través de las clases online tanto en los colegios, como en los hogares. Recuerda que ante las circunstancias a las que la población se ve obligada ante las restricciones ocasionadas por la pandemia y el mayor tiempo de las familias en sus hogares, se debe aprovechar para hacer un buen uso de las tecnologías y acercar toda la información posible a los más pequeños. Según el colectivo, “sería un buen momento para comenzar a inculcar otro tipo de conocimientos. Muchos padres y madres podrían utilizar estas alternativas y descubrir en la educación ambiental una solución con muchas aplicaciones para entretener y formar a los más pequeños de la casa”.

Uno de sus representantes, Alfredo Valencia, explicaba a SGplus el interés en que “basándonos en un uso razonable y coherente, los dispositivos pueden hacer más beneficio que perjuicio”. Resaltaba la importancia de que para que las nuevas generaciones puedan recoger en un futuro los frutos de lo que hoy aprendan, es fundamental que exista esa implicación y colaboración entre padres e hijos. “Entendemos que para las nuevas generaciones, los valores fundamentales del respeto y la admiración por la naturaleza son muy importantes, porque respetando y conociendo el medio ambiente, nos respetamos y conocemos a nosotros mismos”. Y recordaba la visión de la prestigiosa primatóloga Jane Goodall cuando decía que el ser humano estaba perdiendo la conexión con la naturaleza. 

Para el grupo ecologista la recomendación idónea es el contacto directo con el entorno natural de un modo constructivo. Por ello reclaman ese enfoque tecnológico natural y proponen distintas líneas de trabajo para llevarlo a cabo. Una de ellas es el desarrollo sostenible, que permita inculcar a los niños el cuidado de los recursos que tenemos. Otra consiste en el fomento de un mejor conocimiento de la naturaleza mediante una mayor y mejor formación, que les permita desarrollar esa sensibilidad con el cuidado de la naturaleza. Otro de los puntos fuertes es el reciclaje, que les abra los ojos a la posibilidad de dar una segunda vida a los objetos. Eso se llama inculcar valores. Y las últimas de sus propuestas se basa en el aprendizaje visual sobre la naturaleza, porque es primordial que los niños comprendan el funcionamiento de la tierra, del ecosistema, de las plantas y de los animales a través de la observación y el contacto directo. 

Verdemar hace visible su preocupación ante la pérdida de estímulos que puedan estar experimentando los niños en la actualidad, como el contacto con espacios abiertos, la sensación de libertad, la observación directa en el medio natural, etc. Se trata de “experiencias vitales que son fundamentales para su aprendizaje”, explican. Y recalcan la importancia de estar en contacto con el mundo que les rodea para desarrollarse íntegramente, porque además, como explicaba Valencia, “a través de la educación ambiental también se aprende antropología, historia, patrimonio…”. 

Como última recomendación, la propuesta consiste aprovechar el tiempo del que disponemos para pasear por el campo o la playa no solo como forma de esparcimiento, sino para conocer el entorno e inculcar a los pequeños explicaciones constructivas y con información. En palabras de Alfredo: “A los niños hay que regalarles charcos, la naturaleza te ofrece todos los juguetes que puedas imaginar. No tenemos que ver el escenario natural que tenemos como un parque de atracciones”.