Jackeline Kennedy, icono de la moda y el glamour, arquetipo de primera dama, símbolo del protocolo exquisito, y muchos más títulos que se le podrían asignar. O, simplemente, Jackie. ¿Qué sabemos de su paso por Sotogrande?

Por S. Azzarelli

A estas alturas poco falta por contar sobre los primeros pasos de Sotogrande. Ya se sabe que entre las personalidades que cimentaron su identidad está George Moore, presidente del First Nacional Bank de Nueva York, y por cuya casa pasaron todo tipo de invitados. Entre ellos, Jackie Kennedy y Aristóteles Onassis. Por esa casa, por cierto, también pasó Maria Callas acompañada por Alfredo Di Stefano. La diva griega estuvo cerca de casarse con Onasis y después apareció en escena Jackie. Parece esto ahora la casa de los enredos pero no va por ahí esta historia, sino todo lo contrario. 

A Jackie no era la primera vez que se le veía por Andalucía. El exotismo que esta tierra destila ha atraído a mucha nobleza y aquí estaba la Duquesa de Alba como embajadora para acoger a la nobleza del momento. Vuelos privados, tours privados, fiestas privadas y algún que otro paseo público para llenar las páginas del Hola. 

Un icono a la medida de Sotogrande

El paso de Jackeline Kennedy y Aristóteles Onassis por Sotogrande da muchas pistas de la idiosincrasia del lugar. Lujo y discreción son las señas de identidad de la primera dama y de la urbanización.

En Sotogrande se ha formado una aldea gala irreductible a los curiosos. Lejos del brillo y el gusto por la ostentación de la vecina Marbella, Sotogrande ha sido más de vacaciones en familia y deportes al aire libre. La tranquilidad y la privacidad siguen siendo sus señas de identidad.

Jackie Kennedy y Onasis se arrancaron por rumbas en la casa de El Molino de George Moore. Con lo cual, fiestas había. Hasta el punto de sacar a bailar a la viuda del presidente de los Estados Unidos. Pero de Marbella a Sotogrande hay un salto de privacidad. Es la diferencia entre fiesta y sarao. 

Fama a discreción

Se podría decir que las antiguas celebrities eran más discretas. No era de buen gusto airear intimidades por voluntad propia ni tampoco fardar. No es necesario. No hay nada que demostrar… porque en realidad ya salta a la vista.  

Aún así, los focos siempre han sido una fuente de atracción no solo para los mosquitos, también para los famosos que al mostrarse alimentaban su ego y su estatus. Pero siempre en la justa medida. 

Con los años esa relación entre medios y fama ha reventado y se ha instaurado la cultura del trapo sucio. También es verdad que ahora están más expuestos. Y evidentemente, siempre ha habido un interés por la vida personal.

Pero había un punto de contención, alimentando por otra parte el misterio, la seducción y creando una distancia, un estatus de inalcanzabilidad.

En ese juego es donde siempre se ha sabido mover Jackie. Ni triste ni alegre, más bien agradable. Ni efusiva ni contenida, sencillamente correcta. 

De lo que sí puede presumir Sotogrande es que consiguió que aquella mujer admirada, elegante y correcta, se desatara y arrancara una noche por bulerías.