Mar, alcornocales, historia y vistas impresionantes en un sendero obligado

La ruta de Guadalquitón  se extiende entre Sotogrande y La Alcaidesa. Se trata de una de esas joyas que está acaparando el protagonismo que en este ámbito merece el Campo de Gibraltar. Los 6,5 kilómetros que separan la playa de Sotogrande de la playa de Guadalquitón, en su gran parte a través del mismo litoral, hacen de esta ruta una aventura apta para toda la familia.

Una vez que comenzamos a andar, dejando siempre atrás la playa de Sotogrande, nos iremos dando cuenta del privilegio que tenemos en la zona y que en esos momentos contemplaremos. La ruta del Guadalquitón es un camino especial marcado principalmente por su flora y su historia. No hace falta que llevemos libreta y bolígrafo, pero sí les garantizamos que esos pocos kilómetros aprenderemos muchísimo de la historia de nuestro entorno.

Una de las principales características de este sendero es poder observar uno de los últimos alcornocales marítimos. Al ser una ruta costera que linda con el Parque Natural de los Alcornocales, tendremos el lujo de disfrutar del último reducto de alcornoques tan cerca del mar.

Habíamos hablado antes de historia. Y es que, durante los kilómetros de arena que nos depara la ruta, podemos profundizar en los siglos de historia de nuestra tierra. Una vez nos aproximamos a la desembocadura del río Guadalquitón podemos encontrar un yacimiento romano, datado aproximadamente en el siglo II, lo que en su día fue una fábrica de salazones.  En la zona también se fabricaba el famoso ‘garum’ que tan preciado fue en la época de la Hispania más romana.

Pero también hay lugar para la historia más contemporánea. Durante todo el recorrido se levanta ante nosotros la llamada Muralla del Estrecho, una serie de búnkeres militares que se construyeron durante la Segunda Guerra Mundial para evitar los ataques de Francia y Reino Unido. Una vez concluyó el conflicto bélico se utilizaron para el control de Gibraltar en una época en la que la comarca fue protagonista de numerosas historias de espionaje.

Muy recomendables son también las vistas que pueden contemplarse desde lo alto de las dunas más pronunciadas. La Sierra Bermeja malagueña y los edificios de Torreguadiaro serán fácilmente visibles, siempre con el Peñón de Gibraltar presidiendo la escena, un peñón imponente a la vez que nos vamos acercando y que nos sirve de guía en nuestra andadura.

Algo importante y a tener en cuenta si se anima a realizar esta ruta son los puntos de agua potable. Es altamente recomendable llevar agua desde casa o comprarla en algún lugar antes de salir a caminar, ya que durante el recorrido no existe la posibilidad de adquirir ni rellenar las botellas.

Es el momento de salir, de descubrir nuestra maravillosa costa, sus rincones y su historia y, a su vez, hacer un poco de ejercicio porque, “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”.

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