La campaña estival en las costas de la comarca se ha visto marcada por la masiva llegada de restos de Rugulopteryx okamurae, el alga invasora de origen asiático que sigue colonizando el ecosistema marino de la zona

Desde Tarifa hasta las playas mediterráneas de La Línea y San Roque, las costas del Campo de Gibraltar siguen siendo durante este verano el destino de miles de kilos de restos del alga asiática que en la última década se está haciendo dueña de nuestro fondo marino.

La Rugulopteryx okamurae es un alga marrón originaria de las costas de Japón y Corea, cuya introducción accidental en la zona del Estrecho se atribuye al tráfico marítimo, probablemente a través de las aguas de lastre de los barcos que atraviesan la zona.

Desde que se detectó por primera su aparición en Algeciras, en 2015, en menos de diez años esta alga se ha expandido rápidamente por las costas andaluzas, afectando de manera significativa al Campo de Gibraltar.

Sólo en lo que llevamos de verano el Ayuntamiento de Tarifa afirma haber retirado ya más de 9.000 toneladas en esta temporada de playas, destacando especialmente varios “puntos calientes” en los que la llegada de arribazones del alga asiática es especialmente frecuente. Entre ellos destaca la popular playa del Balneario donde las acumulaciones se forman en cuestión de horas, la zona de Los Carriles o la playa de Bolonia.

Todo esto ha obligado al Ayuntamiento a organizar este verano un dispositivo diario de recogida con dos máquinas retroexcavadoras y una barredora, además de cuatro camiones. Cada uno de ellos es capaz de transportar hasta 22 toneladas en cada carga, realizando cuatro rotaciones a diario para mantener las playas en buen estado de cara a sus usuarios, pero suponiéndole a las arcas municipales un gasto extra que ya supera los 100.000 euros.

Otro de los municipios especialmente afectado por estos arribazones de algas está siendo La Línea, tanto en sus playas que dan al interior de la bahía como las de la vertiente mediterránea. De hecho, el Ayuntamiento linense también ha tenido que desplegar este verano un dispositivo especial de limpieza en playas de Sobrevela y Alcaidesa, de su litoral de levante, donde ya se han recogieron 22.000 kilos a principios de este mes de agosto. Sin embargo, fue en otra de sus playas donde la pasada primavera se registró el mayor depósito de este tipo de algas con la recogida de 121.470 kilos en Poniente durante el mes de marzo.

La expansión del alga es, hasta ahora imparable, y el problema se está trasladando ya a lo largo de la Costa del Sol, hacia el interior del Mediterráneo. De hecho, recientemente ayuntamientos como los de Estepona o Mijas han confirmado el fuerte incremento de estos arribazones en el último año. El concejal de Playas del Mijas, Daniel Gómez, confirmaba que en este verano se están superando ya las 4.000 toneladas que se retiraron de estas algas en todo 2023; mientras que en el caso de Estepona, desde el consistorio precisan que en los seis primeros meses de 2024 ya han recogido más de 5.500 toneladas, frente a las 2.742 que recogieron en todo 2020 o las 3.415 de 2023.

 

Motivos de este incremento continuo

Tal y como han señalado diferentes expertos, colectivos ecologistas y universidades como las de Cádiz y Granada, la aparición de arribazones de esta alga invasora en las costas del Campo de Gibraltar es el resultado de la imparable expansión de la Rugulopteryx okamurae y a la vez una señal visible de la alteración ecológica que esta especie está causando en los ecosistemas marinos locales.

En principio, la llegada de arribazones de algas a la costa es un fenómeno natural ya sobradamente conocido. La gran mayoría de las algas en todo el planeta, incluida la Rugulopteryx, siguen ciclos naturales de crecimiento, reproducción y muerte. Durante ciertos períodos del año, estas algas alcanzan su máxima biomasa, lo provoca que grandes cantidades de materia vegetal muerta o desprendida sean arrastradas a la costa por las corrientes y el oleaje.

Sin embargo, en el caso de la Ruguloptewryx en el Campo de Gibraltar el gran factor que favorece este fenómeno e incluso lo acelera es que, al contrario de lo que ocurre en su hábitat original, en su nuevo entorno esta alga no tiene predadores y competidores naturales que controlen su crecimiento.

Esa carencia de presión biológica, además de sus propias características como especie invasora, es lo que le permite crecer sin restricciones, arrasando la presencia de algas autóctonas como la Posidonia oceánica, endémica del Mediterráneo. Ese crecimiento sin freno hace que su ciclo vital sea aún más acelerado, provocando que estas grandes masas que terminan siendo arrastradas por la corriente hasta la costa sean cada vez más frecuentes y de mayores dimensiones.

 

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The unwanted visitor at the Campo de Gibraltar beaches

This summer season along the region’s coasts has been marked by the mass arrival of the remnants of the Rugulopteryx okamurae, an invasive algae of Asian origin that continues to settle in the area’s marine ecosystem.

From Tarifa to the Mediterranean beaches of La Línea and San Roque, the coasts of the Campo de Gibraltar continue to attract thousands of kilos of the remnants of the Asian seaweed that has been taking over our seabed for the last decade.

Rugulopteryx okamurae is a brown algae native to the coasts of Japan and Korea, whose accidental introduction into the Strait of Gibraltar is attributed to maritime traffic, probably through the ballast water of ships passing through the area.

Since it was first detected in Algeciras in 2015, this algae has spread rapidly along the Andalusian coasts in less than ten years, significantly affecting the Campo de Gibraltar.

Just this summer alone, the Tarifa Town Council claims to have already removed more than 9,000 tonnes of algae from the beaches this season, highlighting several ‘hot spots’ where the arrival of the Asian algae is especially frequent. These include the popular Balneario beach, where deposits form in a matter of hours, as well as the area of Los Carriles and the Bolonia beach.

This has forced the Town Council to organise a daily collection operation using two backhoe loaders and a sweeper, as well as four lorries, during the summer. Each of them is capable of transporting up to 22 tonnes in each load, rotating four times a day to keep the beaches in good condition for their users, but costing the municipal coffers an extra 100,000 euros.

Another of the municipalities particularly affected by these algal blooms is La Línea, whether on the beaches facing the interior of the bay or those on the Mediterranean side. In fact, this summer La Linea Town Council has also had to deploy a special cleaning operation on the beaches of Sobrevela and Alcaidesa, along the east coast, where 22,000 kilos of seaweed were collected early August. However, it was on another of its beaches where the largest deposit of this type of algae was recorded last spring, when 121,470 kilos were collected on the Poniente beach in March.

The spread of the algae is, so far, unstoppable, and the phenomenon is already moving along the Costa del Sol, towards the interior of the Mediterranean. In fact, town councils like those of Estepona and Mijas have recently confirmed the sharp increase in the number of these upwellings over the past year. The councillor for Beaches in Mijas, Daniel Gómez, confirmed that they are already exceeding the 4,000 tonnes of algae that were removed in 2023 during just the summer; while in Estepona, the council said that in the first six months of 2024 they have already collected more than 5,500 tonnes, compared to the 2,742 that were collected in 2020 and the 3,415 in 2023.

 

Reasons for its continuous increase

As has been pointed out by various experts, environmental groups and universities such as those of Cadiz and Granada, the appearance of algal blooms of this invasive algae on the coasts of Campo de Gibraltar is the result of the unstoppable expansion of Rugulopteryx okamurae and at the same time a visible sign of the ecological alteration that this species is inflicting on the local marine ecosystems.

In principle, the arrival of algal blooms on the coast is a well-known natural phenomenon. The vast majority of algae worldwide, including Rugulopteryx, follow natural cycles of growth, reproduction and death. During certain periods of the year, these algae reach their maximum biomass, causing large quantities of dead or detached plant matter to be washed ashore by currents and waves.

However, in the case of the Ruguloptewryx at the Campo de Gibraltar, the main factor that facilitates this situation and even accelerates it is that, unlike in its original habitat, this algae has no natural predators or competitors that control its growth in this new environment.

This lack of biological control, in addition to its own characteristics as an invasive species, is what allows it to grow without restrictions, destroying the presence of native algae such as Posidonia oceanica, which is endemic to the Mediterranean. This unrestrained growth makes its life cycle more accelerated, causing these large masses that end up being dragged by the current to the coast to be increasingly more frequent and larger in size.