Tras el primer rechazo de la Consejería de Medio Ambiente, la empresa Carbonell y Figueras prepara una modificación de su proyecto de turismo rural que responda a los reparos recogidos en el informe técnico de la Junta

La empresa Carbonell y Figueras, propietaria de la finca de Borondo, sigue adelante con su proyecto de turismo rural y medioambiental en esta zona ubicada entre Sotogrande y La Alcaidesa.

A  pesar de recibir una primera respuesta negativa por parte del informe emitido por el Servicio de Espacios Naturales Protegidos de la Junta de Andalucía, la empresa, afirma que ajustará todo lo necesario en su proyecto para cumplir con los requisitos y reparos dispuestos por los técnicos del organismo autonómico.

En su informe sobre el estudio ambiental estratégico, el Servicio de Espacios Naturales Protegidos de la Junta concluye que la construcción de diversas edificaciones e infraestructuras y la masificación de visitantes a la finca podrían generar un impacto negativo en la zona.

Por su parte, desde la empresa asumen este paso como parte del proceso administrativo habitual y recuerdan que, según la sentencia del Tribunal Supremo del 23 de diciembre de 2021, los terrenos de Borondo no pertenecen al Parque Natural Los Alcornocales, lo que debe suponer una simplificación de la tramitación del proyecto ya que la finca no se incluye en el inventario de espacios naturales protegidos de Andalucía.

Por ello, los promotores del proyecto harán valer que su plan de desarrollo de un centro de turismo rural se ajusta perfectamente a la actual calificación del terreno, ya que únicamente se ocupará el 1,7% de las 330 hectáreas de la finca para la construcción de 263 cabañas, cuatro albergues y zonas de acampada. También se prevé la instalación de un Centro de Interpretación del Parque Natural de Los Alcornocales, otro del Medio Marino, una finca de explotación agroecológica y un parque de aventuras, entre otros equipamientos turísticos de carácter sostenible.

En cuanto a la reducción del impacto sobre el entorno, desde Carbonell y Figueras también se plantean reducir el número máximo previsto de 5.000 visitantes diarios para ajustarse a las limitaciones de los técnicos autonómicos, de forma que próximamente se pueda contar ya con todos los permisos necesarios con los que seguir avanzando en este importante proyecto que aportaría una oferta turística y de ocio totalmente singular en la zona.