La vocación, la tenacidad y la excelencia han sido los pilares que han hecho posible el sueño de María Antonia Domínguez, nos tomamos un café con la notaria de Pueblo Nuevo
Por Reyes Seijas
Representa la nueva generación de notarios, sabia nueva para un sector que vivió un importante punto de inflexión con la anterior crisis inmobiliaria y ahora también se enfrenta a los desafíos de la actual crisis provocada por las consecuencias de la pandemia. Aunque ahora hay cosas que han cambiado y el contexto es distinto.
La historia de María Antonia Domínguez bien puede ser el ejemplo de cualquier estudiante de Derecho con claras aspiraciones de futuro. Algecireña de nacimiento y criada en el seno de una familia humilde, nunca dudó de su vocación y se ocupó de conseguirlo, trabajando duro para ello apoyada siempre por su familia y por su preparador, Don Víctor Arrabal Montero, notario de Algeciras, hasta conseguir su objetivo conjugándose esfuerzo, preparación y oportunidad, puesto que hay mucha gente, que a pesar del esfuerzo, no llega a conseguirlo.
“Ejercer la profesión lo mejor posible es mi objetivo de vida”
Aunque pudo haber elegido universidad al terminar su formación en el instituto con matrícula de honor, quiso quedarse y estudiar en la Facultad de Derecho de Algeciras. “Desde muy joven tenía claro que quería estudiar Derecho. Tenía dudas de si quería ser jueza o notaria y en el transcurso de la carrera me di cuenta de que lo que realmente me gustaba era el Derecho Civil y no el Penal, por eso me decanté por notaría, que tiene un marcado carácter civil, siendo una profesión al servicio de ciudadano”.
María es consciente de la gran responsabilidad que comporta su profesión, pero confiesa que el tipo de controversia y de problemas jurídicos que se plantean en el ámbito penal no la hacían sentir bien. “Decidir si una persona es culpable o inocente…, no me gustaba tener que dormir pensando: me he equivocado y por mi culpa esta persona está en la cárcel”. La carga emocional que le podía suponer el ejercicio de la profesión fue en gran medida lo que le hizo decantarse por opositar a Notarias que, bajo la rigurosidad en el deber, le permite disfrutar de la profesión desde otra perspectiva totalmente diferente.
En 2016, con 31 años y habiendo aprobado la oposición que la convirtió en notaria, María cogió su maleta rumbo a Tarragona, donde comenzó a ejercer en un pueblo costero llamado Calafell. Tras dos años alejada de su tierra, se dieron las circunstancias para volver y establecerse con su notaría en Pueblo Nuevo. Sobre la realidad del ejercicio que viene llevando a cabo ya cinco años en la zona, lo que le ha resultado más sorprendente ha sido la cantidad de obligaciones administrativas, en aumento, en materia de fraude fiscal y prevención de blanqueo de capitales, en colaboración con la Administración.
Junto a un equipo de empleados bien cualificados y en constante preparación, la base del trabajo en la Notaría Domínguez consiste en “el control de transparencia y legalidad”, como especifica María, sobre un amplio abanico de servicios como: compraventas, préstamos, herencias, sociedades mercantiles, matrimonios, urbanismo, jurisdicción voluntaria, actas notariales y poderes. Y con la posibilidad de conducir esta variedad de operaciones, la notaria de Pueblo Nuevo afirmaba: “ejercer la profesión lo mejor posible es mi objetivo de vida”. A lo que añadía: “tengo la mentalidad de una notaria joven. Empecé a ejercer la profesión después del boom inmobiliario y ahora tenemos otra perspectiva. Ha habido un antes y un después en la profesión”.
Las particularidad de Sotogrande como resort y destino turístico hace que la afluencia de clientes extranjeros se haga notar en la Notaría, donde las rúbricas abundan en procesos de compraventa de bienes inmuebles y en cuestiones societarias de empresas vinculadas al sector servicios.
Las consecuencias del Brexit y del preacuerdo con la colonia británica aún tendrán que dejarse notar en la zona, pero en este sentido es optimista. Y con respecto a los efectos de la pandemia que ha afectado con mayor virulencia en la comarca en esta tercera ola comentaba: “espero que 2021 sea al menos como 2020 a nivel económico, aunque hay mucha gente que lo está pasando realmente mal, me da un poco de miedo lo que nos depara y esperemos que los efectos negativos de la pandemia no se noten en 2022. Todos esperamos que el impacto no sea similar al de la crisis inmobiliaria, puesto que tiene un origen distinto, pero al final todos los sectores están interrelacionados entre sí, aun así, seamos optimistas”.
María Antonia Domínguez es una enamorada confesa de su profesión. “Los años de estudio han merecido la pena al haber podido conseguir mi sueño que era el ser notaria”. Y mientras ella esté al frente de la notaría, podemos asegurar que hará gala de un desempeño riguroso de la profesión, para ofrecer el mejor servicio de asesoramiento al ciudadano y hacer un control de legalidad y transparencia en todo tipo de operaciones jurídicas.