“Los niños tienen que enfrentarse a un futuro incierto y no se les está preparando”
Olimpia Tardá es una mujer emprendedora. Esta psicóloga, especializada en logopedia y coaching educativo, lleva más de dos décadas en la educación implantando un concepto innovador
Por J. RODRÍGUEZ AGUDO
Cansada del antiguo concepto de colegio, y tras tener a su primer hijo, algo se removió en ella y se lanzó a montar su propia escuela. Empezó con una escuela pequeña en San Roque, con tan buena acogida que tuvo que ampliarla a un centro más grande. Más tarde, ganó un concurso para gestionar una escuela pública en Puente Mayorga durante varios años y terminó abriendo otro centro en la zona empresarial de Palmones.
Su nuevo reto, llamado ‘‘The International Montessori School’, viene de la mano de una estancia en el extranjero y del cambio de enfoque que esto conllevó. “Lo que viví allí en el extranjero, y lo que empezaba a moverse aquí en España a nivel de cambios de metodologías, me llenó. Empecé a formarme en otro tipo de metodología más activa con los niños y así fue como conocí Montessori y empecé a trabajarlo aquí en la escuela de Sotomarket”, asegura ya quien es la directora del centro.
El cambio constante de la sociedad es un punto primordial en su filosofía educativa y es uno de los pilares de su centro: “Entiendo que la educación, tal y como está ahora mismo, necesita un cambio. En los colegios actuales se trabaja de una manera muy tradicional y la sociedad ha ido avanzando. Los niños de ahora tienen que enfrentarse a un futuro muy incierto y no se les está preparando para eso. Eso es lo que me mueve a mí, liderar un cambio educativo”, afirma Olimpia. Sotogrande es una zona especial, la educadora lo sabe tras varios años trabajando en la localidad: “Esta zona es diferente por la afluencia de familias extranjeras. Es verdad que los extranjeros en el ámbito educativo tienen una mentalidad más abierta que los españoles. A veces a nosotros nos cuesta entender este sistema educativo, estamos más acostumbrados a ese sistema tradicional de exámenes, notas, etc. En nuestro colegio no funcionamos de esa manera, vamos al ritmo que marca el niño, nos adaptamos a él”.
Olimpia sabe que, tanto en la propia localidad como en los municipios cercanos, tiene una gran competencia en cuanto a colegios ya consagrados, pero no parece importarle: “Cada uno tiene su público. Mi ‘target’ no es el del Colegio Internacional, ahí la gente busca otra cosa. El que viene aquí es porque busca un colegio más pequeño y con una atención más individualizada. Por mucho que crezcamos nunca vamos a ser un colegio de mil alumnos, nuestro objetivo es de muchísimo menos porque no queremos perder la identidad de familia. Aquí intentamos conocer a cada niño y a cada familia, y queremos tener un contacto directo con ellos”.
Al concepto de familia, que diferencia al colegio de Olimpia, se le suma, entre otras muchas cosas, la libertad y el fomento de las habilidades intrínsecas de los niños ya que “cuando conoces al niño, desde una atención realmente individualizada, conoces cuáles son sus talentos y eso se ve desde que son pequeños. Nos gusta ese enfoque de descubrir los talentos de cada niño para ayudarles a que esas habilidades despeguen. Para eso, el apoyo de la familia también es importante. Nos fijamos en lo que el alumno trae de casa y si vemos que, por ejemplo, le gusta la música desde pequeño, pues le damos la libertad de estar más horas dedicándose a eso”, explica.
El objetivo del ‘The International Montessori School’ para este año es crecer, pero no en cantidad sino en calidad: “No se trata de crecer sólo a nivel de volumen sino en formación. Somos un equipo pendiente de todas las novedades que van saliendo, nos gusta seguir formándonos. Cuanto más al día estés de las novedades educativas más puedes ayudar al niño. El objetivo es crecer como equipo y como familia, ya que considero que este colegio es una familia”.