Cuando entramos en la época de la ‘nueva normalidad’, -concepto horrible, porque todos aspiramos a la simple normalidad-, nos encontramos de nuevo con la incertidumbre del BREXIT. ¿Cómo nos afectará a los campogibraltareños?
Los plazos acordados entre la UE y el Reino Unido corren inexorables, y en estos tiempos de pandemia se ha avanzado realmente poco en definir la ‘nueva relación’. Otro horrible término que implica que ya no tendremos la relación que ha existido en estos últimos años, que con sus más y sus menos ha funcionado aceptablemente, y ha supuesto riqueza y empleo para las dos partes. Ciertamente más riqueza para ellos que para nosotros, pero esa problemática requeriría un análisis mucho más extenso. Y no son precisamente ellos los culpables.
La realidad, guste o no, es que Gibraltar ha sido y es uno de los tres motores de la economía del Campo de Gibraltar, junto con el Puerto y la Gran Industria de la Bahía, con enorme incidencia en la generación del PIB y la creación de empleo; y a nadie se le escapa qué si en el futuro la economía de Gibraltar se perjudica, más aún se perjudicará la nuestra. Si no hay libre circulación de personas, bienes y servicios, caerá el turismo y en general la actividad, y esa caída arrastrará inevitablemente al empleo, en los dos lados.
En su momento, España acordó con el Reino Unido y Gibraltar unos acuerdos, gestados en su origen por el equipo del ministro Dastis, que fueron continuados por los técnicos de Borrell, que se plasmaron en los conocidos cuatro Memorandos que marcaban las relaciones en aspectos claves de las relaciones, bajo la idea de la ‘cooperación’, en definitiva, de la continuidad reforzada. Concepto ya aceptado por todas o casi todas las fuerzas políticas y que fue acuñado por el Grupo Transfronterizo (Cross Frontier Group) – foro que agrupa a la práctica totalidad de sindicatos y organizaciones empresariales de ambos lados, y sin implicaciones políticas – cuya labor ha sido determinante para las aceptables relaciones actuales, y sobre todo para la normalidad del paso fronterizo.
Esos cuatro memorandos formarán parte del Acuerdo que regirá las futuras relaciones entre la UE y el RU, y uno de ellos, de trascendental importancia por su rango de Tratado, es el que recoge las materias de fiscalidad en el sentido de normalizar un campo en el que hasta ahora había poca o ninguna colaboración, y que sacará a Gibraltar de la lista de ‘paraísos fiscales’.
Precisamente en estos días se ha debatido y aprobado por el Congreso de los Diputados, y curiosamente el Partido Popular, inicialmente gestor del acuerdo, ahora cambia de bando y se une a VOX en la oposición al mismo, con el manido y caduco argumento de la cesión de soberanía y el argumento disparatado de que Gibraltar es un lastre para la economía campogibraltareña, cuando es justamente lo contrario.
En fin, seamos optimistas y confiemos en aquel pensamiento de el Gatopardo, “cambiará todo para que todo quede igual”