En esta ocasión disfrutamos de nuestro Café con Anders Friman, un auténtico enamorado de Sotogrande y propietario de ‘The Dentists Sotogrande’, la prestigiosa clínica dental y estética que encontramos en Paniagua desde hace 18 años

Anders Friman nos recibe, como no podría ser de otra forma, en su clínica, donde comenzamos a conocer detalles de su vida y de su trayectoria profesional, hasta consolidarse como un profesional de referencia en su sector con su clínica en Sotogrande.

Nacido hace 60 años en Sundswall, una ciudad sueca a orillas del Báltico, a unos 400 kilómetros al norte de Estocolmo, Anders tuvo muy claro desde pequeño que, en cuanto pudiera, buscaría climas más templados que el característico del norte de Europa.

“Lo supe desde niño. Allí hace muchísimo frío, se puede llegar a 30 bajo cero y el mar se congela tanto que incluso puedes circular en coche por encima. Nunca me gustó el frío y la oscuridad que había en invierno. Suecia es un país muy bonito, sobre todo en verano, pero la verdad es que no soportaba ese clima tan duro”, nos reconoce Anders.

Ese deseo por otras latitudes se forjó también en su primera visita a España, que le marcó profundamente. “En 1969, cuando tenía 6 años, mi familia y yo visitamos Las Palmas de vacaciones. Aunque era febrero, recuerdo claramente que llegamos a Las Palmas por la mañana, con el sol aun subiendo, pero ya hacía calor y me encantó esa sensación. Estuvimos dos semanas y creo que desde entonces supe que no quería vivir en Suecia”.

Algo que también tenía muy claro nuestro invitado desde pequeño era su vocación por la medicina. “De niño quería ser médico, pero con 15 ó 16 años, al tener que escoger unas prácticas laborales de dos semanas, decidí preguntarle al dentista de mi madre y me pareció un oficio muy interesante”.

“Me atrajo especialmente que trabajas mucho con las manos. Para mí es una combinación entre lo médico y lo artístico. Y además me encanta ayudar a gente que viene con dolor y ver cómo le solucionas un problema. Después de tantos años, los pacientes terminan convirtiéndose en amigos”, continúa Anders.

Tras acabar su formación, se traslada a Estocolmo, la capital de Suecia, donde trabaja durante dos años antes de abandonar su país. “En el 95 me fui a trabajar a una clínica sueca en Alemania, donde estuve durante tres años hasta que me ofrecieron un puesto como gerente médico de una clínica estadounidense en Abu Dhabi”.

En esa etapa, es donde Anders profundiza su especialización en la odontología cosmética. “Siempre me interesó el tratamiento dental estético, ya desde mi etapa en Alemania. Pero sobre todo fue en Abu Dhabi, donde a mi jefe también le interesaba mucho. En esos años estudié odontología cosmética en EE.UU., en la Universidad de Nueva Orleans (Louisiana), y terminé siendo miembro de la AACD (Academia Estadounidense de Odontología Cosmética). Todos los años nos reunimos para comentar y aprender nuevas técnicas, porque la evolución es increíble”.

Tras esa prolífica etapa, Anders se decide a abrir su propio negocio y cumplir a la vez su viejo sueño de vivir en España, donde ya tenía muchos amigos en la Costa del Sol. “Mi primera clínica fue en Puerto Banús en 2003. Tiempo después un amigo me invitó a navegar en su velero y atracamos en Sotogrande, donde nunca había estado, y me encantó. Entonces me contaron que había una clínica en venta en Paniagua y me decidí a comprarla. Dos años después nos mudamos a este local, más grande, donde ya llevamos 15 años”.

Desde entonces, ‘The Dentists Sotogrande’ se ha consolidado como una clínica de odontología cosmética con equipos de última generación y grandes profesionales. “No quería ejercer sólo, por eso mi clínica es interdisciplinar. Tengo especialistas en cirugía para implantes, un ortodoncista, otra compañera que se dedica a los niños y una médico de estética… Tenemos un magnífico equipo”

Por otro lado, toda esta experiencia internacional también ha hecho que Anders domine varios idiomas: su sueco natal, inglés, alemán, español. “Y ahora también he empezado con el portugués por mi novio, que es brasileño”, sonríe nuestro protagonista.

Esta habilidad con los idiomas le resulta muy útil en una zona tan cosmopolita, donde cada vez cuenta con más pacientes de diferentes países. “En los últimos años Sotogrande está creciendo mucho, se nota la llegada de más gente, muchas más familias y gente joven. Antes teníamos trabajo sobre todo de mayo a octubre, pero ahora tenemos pacientes todo el año”.

“Es que el estilo de vida que tenemos aquí gusta. El clima, la seguridad, la tranquilidad… aunque cada año hay más actividad. A mí me sigue encantando viajar, ver otros países y a amigos que tengo por el mundo. Pero seguro que no quiero vivir en otro sitio que no sea en España y en Sotogrande”, concluye Anders con una amplia sonrisa.