Coincidiendo con el primer tramo del verano en Sotogrande, en este Encuentro de SGplus charlamos sobre el estado de la oferta de ocio de la zona
Para analizar en profundidad el ocio de Sotogrande, su variedad, evolución y qué mejoras necesita, hemos reunido a representantes de empresas del sector hostelero y de entidades deportivas que también aportan una parte fundamental de la oferta de actividades que el visitante y el residente encuentra en esta zona.
De esta forma, nos acompañan en este Encuentro: María Jesús Sánchez, del Festival Flamenco Trocadero; Gabriela López, responsable de marketing del SO/Sotogrande; Antonio Ortiz, presidente del Santa María Club y su director, Antonio Merino; Oriol Juvé, General Manager de La Reserva Club y Mané Carlier, comodoro del Club Náutico Sotogrande.
La primera reflexión que surge en la mesa es sobre las primeras sensaciones de este verano del 2022, el primero libre totalmente de restricciones tras la pandemia que tanto afectó a todos los sectores económicos durante los dos últimos años, especialmente a la hostelería y el ocio. En este sentido, María Jesús Sánchez, de Trocadero, destacaba que “nuestra apuesta de este año pasa por ese entusiasmo que vivimos todos por volver a salir y y disfruta otra vez como antaño de nuestra normalidad”.
“Ahora que se puede viajar nuevo, es verdad que la gente que viene nuestro Hotel tiene ese ánimo por volver a salir de casa casas y de sus países”, añadía Gabriela López, del SO/Sotogrande. Sin embargo, los representantes de clubes deportivos como el Santa María Equestrian Club o el Náutico Sotogrande, con actividades que pueden realizarse al aire libre a pesar de las restricciones, ya notaron el año pasado una afluencia más intensa de visitantes al inicio del verano.
“Yo vi más apretado el año pasado. Ya a primeros de julio había mucha gente. Se notó que veníamos de estar casi año y medio encerrados, pero este año no he visto ese ese aluvión de gente tan pronto”, señala Mané Carlier, coincidiendo con Antonio Ortiz, presidente de Santa María. “El verano pasado fue tremendo desde el principio. Se notó que mucho el turismo nacional que se solía viajar por estas fechas aunque tuviera casa en Sotogrande, en esta ocasión no se fue fuera y vino aquí a pasar todo el verano desde el principio”.
No obstante, Ortiz recuerda que las duras restricciones de la pandemia también afectaron mucho a la actividad del club que históricamente se ha dedicado al polo y a la hípica en la zona. “Nosotros nos nutrimos de un deporte de alto nivel, que por desgracia lo cubre principalmente el deportista extranjero, con lo que la falta de movilidad entre países nos perjudicó mucho. El turista nacional sigue aquí, pero por ejemplo, los grandes equipos de polo son de patrones extranjeros y todavía este año hay reticencias porque aún no se ha normalizado todo. A pesar de contar con menos equipos el año pasado tuvimos una afluencia de público impresionante y partidos muy buenos. Este año tendremos algún equipo más y esperamos que todo vuelva a la normalidad”.
Por su parte, Oriol Juvé de La Reserva Club confirmaba buenos indicios en el primer tramo de la temporada alta de este año. “Nosotros no comparamos nuestras cifras con respecto a 2020, sino con 2019, antes de la pandemia, que en el sector de la hostelería ya fue un año muy bueno. Y en este 2022 estamos en La Reserva en un 30% por encima de 2019. Pero es que además los precios de una zona cercana como Marbella han subido en torno a un 20 ó 30%, y eso al final nos beneficia porque todo ese overflow nos llega aquí”.
Continuando la conversación, se llega a un punto interesante sobre la importancia de la oferta de ocio en general de la zona, que afecta directamente a todos los protagonistas de la vida empresarial, social y deportiva de Sotogrande.
“En el hotel tenemos nuestra propia oferta de ocio y deporte, con actividades, fiestas de verano y música en vivo con eventos abiertos también a la comunidad local como nuestros restaurantes. Pero aparte de nuestras instalaciones y servicios, que son magníficos, también nos apoyamos mucho en toda la oferta de la zona con actividades fundamentales como el polo, el golf o festivales como el de Trocadero. También trabajamos mucho con clubes como La Reserva y sus eventos, porque al final todo lo que ocurre en la zona influye para todos”, señala Gabriela.
Por esa interrelación, surge en el debate la necesidad desestacionalizar la oferta de ocio en Sotogrande para llevarla más allá del verano, tal y como están proponiendo desde Santa María con su decidida apuesta por la hípica y la organización de torneos en otoño, primavera e incluso invierno.
“Siempre digo que ésa es la asignatura pendiente. El problema no es el verano en Sotogrande, que se hace solo y no hay que inventar nada”, señala Antonio Ortiz. “Pero en invierno no puedes seguir vendiendo el turismo de sol y playa. Por eso hay que apostar por un turismo relacionado con la actividad, como la hípica y el golf, que se pueden practicar todo el año, especialmente para el turista extranjero, para el que nuestro invierno es muy suave. Hay que superar el concepto antiguo de <<hacer el agosto>> en verano para sobrevivir todo el año, porque tenemos muchos más meses que se pueden aprovechar”.
“De hecho, el polo está muy consolidado de abril a septiembre”, destaca el director de Santa María, Antonio Merino. “A partir de ahí hay que encontrar la forma de utilizar nuestras instalaciones el resto del año, porque si no, lo que ganas en verano lo tienes que dedicar a mantenerlas durante el invierno. Hay que lograr el círculo completo, el verano con el polo y el invierno con la hípica”.
Otro tema importante que surge durante el Encuentro es la oferta cultural, que nuestros invitados encuentran aún muy escasa, como señalan Oriol Juvé y Antonio Ortiz porque, entre otros factores, aún falta una mayor población residente y una afluencia de turismo estable durante todo el año que la sostenga.
No obstante, sí advierten pasos en positivo porque cada vez son más los negocios que no cierran con el final de la temporada estiva, como Trocadero, tal y como nos recuerda María Jesús. “Aunque hay mucha diferencia, nosotros nos mantenemos abiertos todo el año. En verano la actividad es constante al mediodía, tarde y noche y el invierno no es lo mismo, pero seguimos funcionando”.
Desde el año pasado, Trocadero ha sumado a la oferta cultural con su Festival Flamenco para julio y agosto.”Es un festival-boutique, con un aforo limitado para que el cliente pueda sentir al artista de cerca. No es un gran festival de muchísima gente donde apenas puedes ver al artista. Se trata de tener cierta intimidad, cuidando cada detalle y eso no lo puedes conseguir en con grandes masas”, señala María Jesús, recordando una de las grandes citas que se han incorporado al verano de Sotogrande y que sirve de ejemplo, como coincide toda la mesa, de esas actividades que atraen público en beneficio de toda la zona.