Sotogrande me ayuda a recargar pilas y seguir adelante

Criada en el seno de una familia de amplio linaje, la sevillana María de León es una persona de férreos principios y valores, sensible y emprendedora que, tras estudiar Ciencias Ambientales, decidió cambiar el rumbo de su carrera profesional

Por Reyes Seijas · Fotos DORO Jr.

Consultora de comunicación en el área de viajes y estilo y coach enfocada en la actividad digital responsable. Eso es María de León, una mujer comprometida con su esencia y con la necesidad constante de aportar al mundo algo más.

¿Qué es el estilo para María de León? Son muchas cosas. Es cultura, educación, saber estar, cómo tratas a las personas, es parte de tu ser, de tu persona. Tiene una parte exterior, pero tiene que nacer de dentro, de tu actitud ante la vida.

¿Qué significa Sotogrande como ejemplo de lifestyle? Para mí significa España, soy una enamorada de mi país. Un lugar donde estar con la familia, donde hacer vida sana y deportiva, donde poder disfrutar del mar y de momentos de descanso, de paz, de tranquilidad… Me ayuda a recargar pilas y seguir adelante.

¿Qué es lo que te ha permitido mantener el rumbo para llegar hasta aquí? En el fondo me ha ayudado todo, porque la vida son etapas y tenemos que aceptar cuál es nuestro presente. Yo he funcionado siempre con mi intuición y lo que no me ha gustado o no formaba parte de mi esencia, lo he rechazado. Eso ha significado muchas veces coger un camino más complicado. Es un proceso muy largo en el que ahora, en un momento en que todo se mide por el cortoplacismo de querer los resultados ya, no se entiende que para conseguir objetivos hace falta trabajo duro y esfuerzo.

En tu proyecto Think 2BU dejaste clara la importancia que le das a los principios y valores personales. ¿Sería necesaria una reordenación de la comunicación digital? Las redes sociales son herramientas que han llegado para quedarse y tenemos que sacar lo positivo que tienen, utilizarlas con responsabilidad. Lo verdaderamente importante es humanizar las redes sociales y poner límite. Es decir, el mayor conflicto que puede haber es crear una confusión entre cuál es tu yo real y tu avatar.

¿Qué necesita una firma para que funcione a nivel comunicacional? Tener muy clara su filosofía. Cuál es el objetivo que persigue más allá del comercial. Tienes que contar a las personas qué de bueno va a aportar ese producto en su vida o saber que esa marca está vendiendo ese producto porque hay una misión por detrás para aportar algo positivo en este mundo.

¿Qué debe reunir una escapada o una ruta para que la experiencia de viajar sea plena y única? Ser viajero más allá que turista. Viajar a lo profundo de ese destino a través de las personas. Experiencias que puedas vivir con la gente local, sabia de ese lugar. Yo le llamo turismo responsable, el que te ayuda a sentirte identificado con las necesidades del destino. Me gusta la idea de viajar y sentir que estoy creando un link con ese destino. De cada uno saco al final muchísimos amigos y aprendizaje.

De tu abuelo Eduardo de León y Manjón dices haber heredado su espíritu viajero. ¿Cómo ha influido en tu persona y tu carácter la relación que tuviste con él? Me inculcó el valor de la familia y el amor, que es un pilar importantísimo. El saber vivir, disfrutar de la vida. Era también muy viajero. Y sobre todo la generosidad, no sólo material, sino también espiritual, de cómo te das a los demás, cómo les dedicas el tiempo, cómo te preocupas por ellos… Era una persona ejemplar en ese sentido.

¿Qué será lo próximo con lo que nos vas a sorprender? De momento estoy tranquila con la formación en yoga. Tengo un club de lectura, María León Style Book Club, que saqué durante el confinamiento para fomentar la lectura reflexiva. También he lanzado mi línea de viajes de autor con la agencia Pangea. El primer viaje será del 10 al 12 de octubre a La Palma isla Bonita, en Canarias. Queremos mover el turismo en España. Luego quiero promover mucho el turismo rural en cortijos andaluces. Mi ilusión sería tener un pequeño magazine en la tele, porque creo que hacen falta contenidos que alimenten el alma, el intelecto y que sumen.