Hablamos con el concejal de Playas de los preparativos para la próxima temporada de verano además de conocer su larga vinculación a a diferentes colectivos ciudadanos y deportivos de Taraguilla, su barriada natal
Trabajar para el bien de tus conciudadanos es la obligación para todo representante público y y sobre todo, si nos referimos a la política más cercana, la municipal. Sin embargo, en no pocas ocasiones, como la que nos ocupa en este ‘Café con..’, nos encontramos con una clara vocación de servicio previa a la política.
Ése es el caso de Juan Serván, actual delegado municipal en el Ayuntamiento de San Roque de Playas, Medioambiente y del núcleo de Estación, Miraflores y Taraguilla, donde nuestro protagonista participó durante muchos años, antes de su entrada en política, en diferentes movimientos vecinales.
Juan nos recibe en uno de los chiringuitos de la playa de Torreguadiaro, una de las zonas de costa que operarios de su delegación ya se afanan en preparar ante la inminente llegada de la temporada alta de verano.
“Tenemos 17 kilómetros de playas, muy diferentes entre sí, pero en todas hay que dar un servicio de calidad al ciudadano, desde Guadarranque, Campamento o Puente Mayorga en el interior de la Bahía, hasta aquí en Torreguadiaro, Sotogrande o Cala Sardina”, explica el delegado de Playas. “Tenemos tres banderas azules en nuestro litoral, un distintivo de calidad que no es fácil de mantener y que hay que trabajar durante todo el año, no sólo en verano. Además, el tiempo de uso de nuestras playas va aumentando y ya llega hasta septiembre u octubre”.
Casado con Manuela y padre de dos hijos, Adrián y Paola, Juan se define como un “enamorado de su barriada”, Taraguilla, en la que nació y creció. No obstante, se declara también como “un orgulloso sanroqueño”, destacando esa idiosincracia tan particular de un municipio dividido en diez núcleos diferentes de población. “Y cada uno de ellos con sus características propias, su encanto particular, su forma diferente de vivir y sus respectivas fiestas y tradiciones”.
Nuestro protagonista ha cumplido ya nueve años en política, aunque su dedicación a su pueblo y su gente se remonta a décadas atrás, formando parte de diferentes colectivos vecinales. “Siempre me gustó trabajar por la barriada, participando en la comisión de fiestas, en la directiva de la AAVV San Juan, o en la Unión Deportiva Taraguilla, de la que también fui presidente y durante 16 años”.
Esa vocación de servicio a sus vecinos de este profesional del sector de la automoción terminó desembocando al final en su entrada en política algo que como él mismo nos reconoce no se había planteado hasta 2015. “Cuando me llegó el ofrecimiento de entrar en política muchos vecinos me animaron a hacerlo. Eso, y el interés por que mi barriada siguiera mejorando fue lo que me hizo dar el salto”.
“La política local es totalmente diferente, es la más cercana al ciudadano y con la que más puedes ayudarles en su día a día”, explica Juan, que comenzó desde la oposición en un PA que ya agonizaba a nivel andaluz, y que terminó entrando en el Gobierno Local hasta llegar a ser parte de la lista del PSOE en las siguientes elecciones de 2019 hasta la actualidad. “Di ese paso precisamente para cumplir mi compromiso con mis vecinos de trabajar para ellos. En las elecciones, las urnas son las que hablan y tanto en 2019 como en 2023 los resultados en mi zona fueron muy positivos, lo que te demuestra la confianza de la gente en tu trabajo”.
Hablando de su barriada, recordamos en nuestra charla detalles de la Taraguilla de su infancia y de cómo ha evolucionado esta parte de San Roque que ha registrado un destacado crecimiento de población en las últimas décadas. “Ya somos más de 3.250 vecinos que encontramos en Taraguilla todo lo necesario para vivir tranquilos. Estar junto a la autovía nos ha convertido además en el lugar más céntrico y mejor comunicado del Campo de Gibraltar”.
Dentro de sus recuerdos Juan se emociona especialmente al rememorar sus inicios en la UD Taraguilla y cómo el fomento del deporte supuso un apoyo al movimiento asociativo contra la droga a finales de los años 80. “Fueron años muy difíciles porque la droga azotaba la barriada y la gente se unió para luchar por su futuro. En el fútbol, nosotros convertimos al club en una escuela deportiva para quitar a los niños de la calle y que recibieran educación también a través del deporte”.
“Pude rodearme de una gente magnífica y trabajadora en la directiva y, de comenzar con tres equipos y unos 50 chavales, crecimos hasta más de llegar a 250 niños. Y tras 16 años lo dejé en muy buenas manos”, nos cuenta nuestro protagonista, que antes de concluir, nos afirma que sigue disfrutando mucho, “del contacto diario con la gente, del café y la charla con un vecino…”, en aquellas ocasiones que le permite su ajetreada agenda de trabajo.