Qué racha llevamos! Si nos hubieran contado en enero del año 2020 la que se nos venía encima, no nos lo hubiéramos creído. Acabó 2019 con muy buenas perspectivas desde el punto de vista económico y social. Aumentaba el empleo y la actividad económica general, se respiraba optimismo en la sociedad, parecía que definitivamente se superaba la gran crisis provocada por la desaforada especulación financiera que comenzó en el año 2008 en USA y se agravó en los años posteriores extendiéndose a todo el mundo.
El mercado inmobiliario se hundió, la crisis del ladrillo que arrastró a la banca. Se disparó el desempleo, se generalizaron los impagos y eso llevó a la quiebra masiva de empresas, cierres de establecimientos, y bancos que se tambalearon o cerraron y Cajas de Ahorro que desaparecieron, ya para siempre; deflación, paro y desempleo masivo. Toda la sociedad se vio afectada, y no solo aquí, sino en todo el mundo. El Estado en ruina, recortes, subidas de impuestos…
Y poco a poco, con mucho sacrificio y esfuerzo colectivo nos fuimos viniendo arriba, pero la vida, el modo de vivir cambió para siempre. Y a nosotros nos salvó el turismo. Habían pasado más de diez años y se veía seguridad, se respiraba optimismo; y en estas llegó el COVID, muy de repente, por sorpresa. La extraña infección vírica que venía de China, con origen aún desconocido pese a las teorías conspiratorias.
Comenzó a morir mucha gente, sobre todo los mayores. Los “palos de ciego” iniciales de nuestros gobernantes, la desorientación de los médicos y expertos varios… cada día parecía que sabían menos de lo que estaba pasando.
Confinamiento, miedo colectivo. Cierres de empresas, y la hostelería; paro en todos los sectores, ERTES, disminución de ingresos de las administraciones públicas obligadas a los recortes. PESIMISMO, miedo… Y después de más de dos años la pandemia estaba pasando, el virus ya no es tan peligroso porque casi no mata ni llena las UCI. La vacunación masiva, paulatinamente protegía y daba confianza. Todo abre de nuevo y volvemos a la normalidad.
Y entonces LA GUERRA. Putin, Ucrania, la OTAN y el mundo dividido, el fantasma de la amenaza nuclear. Consecuencias en los precios, primero el gas y el petróleo, después en cascada todo sube. Y provoca la huelga de las transportistas que así no pueden vivir; ayudas que no llegan o a nadie convencen, deuda pública, INFLACIÓN disparada y descontrolada.
Nos “crecen los enanos” Y ahora qué? Todo pasará, sin duda lo recordaremos, se dice que todo esto es oportunidad de cambio a mejor, como dicen en Cuba: “lo que sucede, conviene”; pero las heridas… Tranquilos todos, ¡nos salvará otra vez el turismo! Todo el mundo quiere venir a España porque este es un país maravilloso.
Pero cuidado, ahora viene el “apocalipsis zombi”.