Los centros deportivos buscan adaptarse a las circunstancias provocadas por la pandemia. Mientras, otras modalidades deportivas, que permiten hacer ejercicio en el exterior y sin contacto físico, ganan adeptos

Por Reyes Seijas

El vuelco completo que ha dado la vida en un año se ha hecho notar en todos los sectores económicos y ámbitos de la vida, repercutiendo en lo profesional, lo privado, lo social, lo educativo… y así un largo etcétera.

El deporte no podía ser menos. El gran aliado del cuerpo y la mente también ha notado las consecuencias de la pandemia, acompañada del estado de alarma, confinamientos intermitentes y restricciones que aflojan y se endurecen. 

Si bien es sabido que realizar deporte es más que recomendable a cualquier edad para ayudar a mantener un estado óptimo y estable de salud física y mental, desde que estalló la pandemia las distintas disciplinas deportivas, así como las formas de practicarlas o el lugar se han visto alteradas. 

El obligado confinamiento en la primavera pasada hizo que se disparase la tendencia del ejercicio en casa, era una necesidad vital para sobrellevar largas horas dentro de los hogares. Las apps y los canales en redes dedicados a ofrecer entrenamientos adaptados se dispararon. 

Pero cuando en junio pudimos empezar a recuperar parte de esa normalidad en la siempre habíamos vivido, los gimnasios y centros deportivos fueron testigos de que el miedo al contagio hiciera que no todo el mundo volviese a las salas de máquinas y los entrenamientos de actividades colectivas. Lo que ha traído como consecuencia que se aumentasen aquellas prácticas deportivas que permiten entrenar al aire libre y sin contacto, como el running, el ciclismo, el senderismo, el patinaje, la pesca o la escalada, entre otras. 

El hecho de reducir el riesgo de contagio y la necesidad psicológica de estar más tiempo al aire libre y en contacto con el medio natural, lejos de aglomeraciones, ha hecho que se instale un nuevo perfil de deportista amateur. 

Una realidad a la que se ha llegado y con la que muchos centros deportivos han tenido que experimentar un proceso de adaptación para sobrevivir. Instalación y puesta en marcha de todas las medidas anti-covid que impone Sanidad en cuanto a la desinfección de salas y material, y limitación de aforos y horarios según ha ido imponiendo el nivel de alerta en cada comunidad, provincia o municipio.

Two Box, el centro especializado en crossfit de Tesorillo, es claro ejemplo de esta readaptación constante a las circunstancias para seguir manteniendo el rimo de entrenamiento al que estaban acostumbrados sus clientes. “Había gente que tenía miedo y seguía entrenando en casa, también estaban los que venían al box y los que querían al aire libre. Al final dábamos tres tipos de servicios”, explicaba a SGplus Diego Quirós, uno de los socios y monitores del centro deportivo.

Y cuando parecía que todos empezaban a coger el ritmo, las restricciones vuelven a endurecerse, “en noviembre nos obligan a cerrar a las seis de la tarde y dentro solo se puede entrenar a algún deportista federado y en el patio, a los no federados”, contaba. Como resultado, los clientes no terminaban de hacerse su propio hueco y coger un ritmo. “Y ahora con este último cierre ya es un poco más duro y te dicen que dentro solo los federados”, añadía Diego.

Así que han decidido coger los materiales y devolver la motivación haciendo los entrenos al aire libre, impartiendo clases en Secadero, San Martín del Tesorillo y Torreguadiaro, para abarcar a todo el Valle del Guadiaro. Aunque las clases son colectivas, el material usado es individual y ellos diseñan los entrenos según el entorno. Fórmulas eficaces y resolutivas para tiempos difíciles, que animan a otros a engancharse al deporte. 

Extraer lo positivo en estos tiempos es la estrategia que nos ayudará a resistir. Según la Federación Española de Actividades Dirigidas y Fitness, “la investigación ha demostrado realizar ejercicio al aire libre aporta mayores beneficios sobre el bienestar, la autoestima y la motivación”. Y aconseja que “entrenar aproximadamente 30 minutos al día al aire libre, con la ayuda del sol y el contacto con la naturaleza, va a aumentar tus niveles de energía, te revitalizará y reducirá tus niveles de ansiedad y mal humor en tu día a día”.