Raquel Castro, gerente de Castro Cocinas

    “Ver a mis padres trabajar de sol a sol es el mayor ejemplo que he podido tener”

    La solidez de Cocinas Castro en manos de Raquel es garantía de tranquilidad y exclusividad a la hora de proyectar la estancia que más se disfruta en el hogar

    Por Reyes Seijas · Fotos SGplus

    Raquel Castro aún no había nacido cuando sus padres pusieron en marcha Castro Cocinas, una empresa familiar que empezó a funcionar en 1968 con una fabricación totalmente artesanal y que con el paso de los años se ha convertido en un referente en la fabricación de cocinas de alto nivel, calidad, diseño exclusivo, y siempre a la vanguardia de las últimas tendencias en diseño y materiales. 

    En esta edición SGplus ha tenido la oportunidad de tomar su habitual café y hablar con esta consolidada empresaria, que nos ha contado cómo ha crecido en el seno de una familia emprendedora y cómo decidió formarse y seguir creciendo. Algo que le ha permitido tener una fructífera trayectoria profesional, en la que las decisiones tomadas le han valido para dirigir con éxito la empresa desde hace 30 años y hoy son respaldadas por el mejor aval, la experiencia.

    Quien se compra con nosotros una cocina, va a tener un servicio posventa de por vida

    La valentía y arrojo de su familia con el negocio parecía vaticinar el futuro de Raquel, que a pesar de las facilidades, prefirió dar sus primeros pasos de manera independiente en el mundo laboral. Tras experimentar residencia en el extranjero durante sus años de estudiante, que le valieron para dominar con total soltura el inglés, habiéndose sacado Empresariales y haber podido ayudar a la familia a afrontar un proyecto en Gibraltar en un momento duro de crisis en España, Raquel decidió seguir su camino laboral al margen del negocio familiar. Cinco años pasaron hasta que volvió para, en un principio, hacerse cargo de la parte administrativa de la empresa, que hasta entonces había llevado su madre. 

    Con el paso del tiempo y la experiencia de haber pasado por alguna que otra crisis, Cocinas Castro decidió dedicarse a fabricar solo para sus tiendas. Llegaron a tener en Algeciras, San Pedro de Alcántara y en el 92 se centralizó todo en La Línea y se montó la que hoy conocemos, con una exposición de más de 700 metros cuadrados. Durante el boom inmobiliario, nos explicaba, se dedicaron principalmente a la fabricación de cocinas para este sector. Años más tarde, cuando España volvía a entrar en crisis, se quedó sola al frente de la empresa. Fue entonces cuando se desligó del sector de la construcción y se centró en la fabricación de cocinas de nivel medio-alto y “acerté”, aseguraba. 

    Y desde entonces ha pasado, como todo negocio, por altibajos que ella siempre ha capeado con soltura y previsión, anteponiéndose a los efectos del mercado, como dice, “siendo muy hormiguita”. Además, “ver a mis padres trabajar de sol a sol es el mayor ejemplo que he podido tener”, explicaba orgullosa. Y aunque reconoce que hace un par de años que decidió echar un poco el freno y replantearse nuevamente el enfoque del negocio, probablemente no sea más que ese olfato empresarial que nuevamente hacía prever la crisis actual. 

    La experiencia, un clara filosofía de trabajo, un equipo experto y consolidado y saber con total claridad cuáles son las directrices inamovibles para tener éxito en el sector son con total seguridad lo que hace a esta empresaria ser aún hoy un referente para muchos. 

    Su espíritu de crecimiento personal y profesional es tal que no descarta expandir sus conocimientos hacia otros ámbitos que siempre le han apasionado, como es el de la decoración. Aunque por el momento sigue inmersa en seguir dando un servicio impecable basado en la calidad de fabricación y en la posibilidad de dar al cliente una cocina diseñada cien por cien a medida y para toda la vida. “Eso me da mucha tranquilidad”, nos decía. Además, añadía, “quien se compra con nosotros una cocina, va a tener un servicio posventa de por vida. Con eso no gano dinero, pero pienso que es la mejor publicidad”.

    No cabe duda de que Raquel Castro sabe adaptarse a los tiempos y mantener a flote un negocio que ha tenido que ajustarse a distintas etapas y a las preferencias de un cliente exigente, porque se trata de una de las estancias que más se disfruta en una casa. “Prefiero tener pocos proyectos, mimarlos mucho y muy buenos. Mi edad también me hace querer llevarlo así. Prefiero menos volumen de negocio pero todo más cuidado”, concluía la empresaria.

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