Reunimos a mujeres que lideran sus proyectos empresariales para debatir sobre creencias y realidades en torno a la celebración de un día que marcó un antes y un después en la historia
El mundo que hoy conocemos, la sociedad en la que nos desenvolvemos ha sido construida por hombres y mujeres. Ellos ocupando unos roles y ellas ocupando otros de la mano de una evolución, tan necesaria a nivel personal y como profesional. Las realidades circunstanciales se han ido materializando, dando paso a la oficialización de conmemoraciones como la que ocupa el centro del discurso en nuestra habitual sección de Encuentros de SGplus. El Día Internacional de la Mujer del 8 de marzo fue declarado por las Naciones Unidas en 1975. Una fecha en la que se les pone un “micrófono” en todo el mundo para recordar y seguir reivindicando todo lo conseguido hasta ahora y todo lo que queda por conseguir.
Pero como relataron algunas de nuestras invitadas, y a pesar de lo positivo que este día conlleva, para ellas el día de la mujer son todos los días. Porque como decía Antonio Machado, “se hace camino al andar” un camino inconcluso y en el que aún quedan muchos aspectos que limar tanto desde la perspectiva masculina como la femenina.
Para hablar sobre todo esto y desde su propia experiencia personal, nos acompañaron en esta edición una representación de empresarias de la zona: Ana Verdugo y Marta Bassadone (L´essenza Sotogrande), Marisol Martín (Itsomi Boutique), María José Gil (SG Obras), Alejandra Carazo (Nyumba Design) y Raquel Ruíz (Ruíz Galán).
Brecha salarial, desigualdad, discriminación positiva, conciliación…son términos que forman parte aún del discurso habitual. A pesar de que cada cual lo vive o lo ha vivido de una manera según su posición geográfica, el sector en el que se desenvuelva profesionalmente y, como apuntaban nuestras empresarias, la educación recibida.
“Es importante que se recuerde, porque cuando olvidamos la memoria histórica volvemos a caer en los mismos errores. Pero también es verdad que a día de hoy celebrarlo a modo reivindicativo es algo que ya no tiene ese sentido”, opinaba Marta Bassadone respecto al 8M. A lo que Ana Verdugo añadía: “creo que se ha avanzado mucho y la mujer está en uno de los mejores momentos de la historia”. Y ponía sobre la mesa otro aspecto compartido, como es el de la politización del día.
En este enfoque coincidía Raquel Ruiz, que además expresó no ser partidaria al cien por cien de la celebración. “Creo que no es solo un tema de recordar dónde estábamos y dónde estamos ahora, porque nos queda mucho por recorrer”, decía. A lo que añadía su apreciación respecto a lo observado en algunos sectores de las generaciones más jóvenes a través de las redes sociales: “últimamente estoy percibiendo que sigue habiendo ese machismo que ya debería estar erradicado, hay radicalismo en ciertos sectores de la gente joven”.
Mientras, Alejandra Carazo decía que “mientras siga habiendo machismo hay que celebrarlo. Absolutamente de acuerdo en que los partidos políticos deberían estar al margen de esto porque es un tema cultural”. Y es que es precisamente esa herencia cultural y la educación, los pilares sobre los que se sustenta el sentido del Día de la Mujer y la realidad de todas cada día del año. En este sentido, Alejandra, María José o Raquel compartieron durante el encuentro situaciones vividas en sus puestos de trabajo.
Diversos motivos y circunstancias personales han llevado a este elenco de mujeres a emprender con ilusión, a empezar un día a ser gestoras absolutas de su vida personal y profesional. Algunas, como Marta, Ana, Alejandra decidieron hacerlo tras experiencias que no habían sido del todo satisfactorias pero de las que salieron reforzadas y sabiendo enfocar cómo querían desarrollar su proyecto. Otras como Marisol, tras una experiencia personal que marcaría su vida y después de la que eligió lanzarse de lleno a lo que más le gustaba. Por su parte María José, desde el principio en un sector con amplia mayoría masculina y dentro del que después de años de experiencia decidió emprender y permitirse conciliar trabajo y vida familiar. O Raquel, quien reconoce haberse encontrado con un negocio hecho pero para el cual no la habían “educado” a nivel familiar como directora pero del que tomó las riendas tras estudiar fuera, enfrentándose a importantes retos, que no solo le han ayudado a crecer a ella como profesional sino a una mayor consolidación y la expansión de la empresa familiar.
Cuando se trata de dar un consejo a todas aquellas mujeres que tienen la intención de emprender, coinciden en la necesidad de tenerlo claro y de que esté basado en tu pasión o en algo que te guste. Porque, como apuntaba Marta, una vez que te embarcas “estás dentro de una ola”, por lo que “es importante mantener tu parcelita, tener reservado ese momento para ti y saber parar en determinados momentos para ser productiva. Cuando tu cuerpo te dice hasta aquí he llegado y paras, el cerebro empieza a funcionar de verdad”. A este respecto Alejandra aseguraba que “si crees en algo y te gusta, lo hagas. Y que nadie te haga dudar”. Al mismo tiempo que también incidía en la necesidad de desconectar, especialmente en lo referente a la imagen a través de las redes sociales.
Mientras Raquel recordaba que “tienes que tener claro que vas a vivir por y para eso, pero si tú quieres organizarte tu vida, no hay otra manera”. Y hacía referencia a las ventajas de las que actualmente podemos beneficiarnos las mujeres a la hora de emprender. “Hay muchos organismos que nos encauzan en los distintos proyectos, como por ejemplo la Cámara de Comercio, que tiene una asesora específica para el emprendimiento femenino”.
Tras una mañana en la que se contaron multitud de anécdotas y se compartieron pensamientos y sensaciones experimentadas, las empresarias que formaron parte de este encuentro respondieron a nuestra pregunta sobre qué valor añadido aportaba la mujer al mundo laboral. Hubo consenso y un enfoque similar que ellas expresaron de diversas maneras. “El amor, ese cuidado en los detalles y esa visión periférica”, nos decía Marta. “Las mujeres ponemos mucho cariño, algo que viene del corazón”, concretaba Alejandra. “Una visión más global, empatía y no pensar solo en el fin sino en la mejor manera de llegar”, expresaba Raquel.
Nunca es tarde para empezar y para cambiar el enfoque de una sociedad equilibrada, en la que la igualdad no se mida en términos de cuotas, sino desde la base de la educación.