Juan Carmona de Cózar. Abogado. Ex alcalde

No sé, yo lo dudo. Dudo de que sí sea siempre sí, y dudo de que el no sea siempre no. Uf, sé que me meto en un “berenjenal”, pero solo pretendo reflexionar y ligeramente, sin profundizar, sobre algo que está en el ambiente y que ahora se ha colado, después de mucha insistencia, en una ley.

Los seres humanos somos muy complicados. La cuestión no es tan simple. Y ¿qué pasa con el silencio?, ¿Qué significa el silencio? Hay silencios clamorosos que son sí; y también los hay que son no. ¿El que calla otorga? y en el trasfondo están las motivaciones de ese sí y de ese no; las interpretaciones, los motivos interesados, las trampas ….

No he leído aún la ley, que tiene que seguir sus trámites y finalmente publicarse en el BOE. Y por experiencia sé que entre la información periodística resumida y el texto de una norma hay un mundo. Ya veremos. Me obligo a leer lo que nuestros legisladores dejan finalmente escrito, y trataré de interpretarlo. Aunque la interpretación que vale, la auténtica que se dice, es la que harán los jueces en sentencias. Se llama jurisprudencia, pero esa tardará en llegar.

Se escribirá mucho sobre esto. El afán normativo, regulatorio siempre restrictivo, de nuestros elegidos legisladores ha abierto un “melón”, un debate metafísico que dará mucho juego dialéctico. Interesante. Al menos, una ilustre e ilustrada representante del grupo que ha logrado que salga adelante esta Ley, que regula este asunto entre otros muchos (que ansia por regular todo) ha aclarado que el “piropo” en sí mismo no es acoso ni agresión. Ta bueno (como dicen los mejicanos). Pero claro, según cómo sea ese piropo, y según cómo lo interprete la receptora, o el receptor.

Yo personalmente nunca he sido de piropear, pero reconozcamos que es algo tradicional en nuestra cultura popular, en todo el ámbito de habla española. Lo digo por aclarar.  Y por cierto, los hombres están, estamos muy callados en este debate; al menos públicamente, pero algo tendremos que decir, prudentemente desde luego.

¿Qué pasa con los hombres “acosados” por mujeres?, que los hay (no habrá muchos, pero haberlos haylos), bastantes. En fin; la mayoría de los hombres no habla públicamente de estos temas, pero si lo hace en charlas de amigos exclusivamente masculinas, y más que nada por prudencia, por no meterse en estos “berenjenales”, o simplemente por no discutir.