La trayectoria de Agustín Mazarrasa en el RCGS viene acompañada de aprendizaje y la puesta en marcha de ambiciosos proyectos, que han transformado al club por excelencia de la urbanización

Por Reyes Seijas · Fotos SGplus

En esta edición, SGplus se toma el café con sabor a cuasidespedida, porque no es un adiós sino un hasta pronto. Agustín Mazarrasa cierra su etapa como director gerente del Real Club de Golf de Sotogrande emocionado por la experiencia vivida, para emprender una nueva como director del Real Club de la Puerta de Hierro en Madrid. 

Llegó a Sotogrande hace diez años, lleno de ilusión por haber sido elegido para dirigir el club de golf icono de la urbanización y el deseo profesional de seguir aprendiendo. Su labor ha contribuido a  hacer realidad la gran transformación de la que hoy disfrutan los socios de este club, que forma parte de la leyenda y el origen de la urbanización. 

“Para mí ha sido un sueño y me voy apasionándome mi trabajo”

Sorprendido de su elección, tras un largo proceso de selección abierto, Agustín Mazarrasa  asumía, bajo la presidencia de Felipe Oriol, la nueva gerencia de un club para el que por aquel entonces la Junta Directiva tenía previstos importantes proyectos que pretendían revalorizarlo, y así ha sido. “En la vida hay que tener suerte y yo he tenido muchísima. Me apunté al proceso de selección porque un amigo mío me lo comentó, si no, hoy no estoy aquí sentado”, decía al respecto. Y aunque piensa que probablemente fuese el candidato con menor experiencia de los presentados en lo referente a la gerencia de clubes de golf, considera que “la Juta Directiva buscaba a alguien joven y supongo que verían en mí a una persona que estaba dispuesta a aprender”.

No obstante, la gran ventaja del director de origen santanderino era que conocía la industria del golf desde el resto de perspectivas. Tras acabar Empresariales y dedicarse durante tres años a la industria de la automoción, mientras ejercía en la consultoría inmobiliaria, se cruzó en su camino Rocío Aguirre, fundadora de la Feria Internacional de Golf de Madrid, que entonces estaba empezando a gestar la idea. De ahí salieron seis años de trabajo, en los que acabó como socio y dirigiéndola durante los dos últimos. 

Además, su vinculación con el golf le venía de siempre como socio del Club de Pedreña y capitán de los equipos nacionales durante 14 años. Aquello le permitió conocer mejor Sotogrande, en 2007 y 2008 vino como capitán del equipo español a la Copa Jerez, ahora Copa Sotogrande. “Durante esa experiencia me enamoré de este club y de este campo. Quién me iba a decir que después de esas dos visitas, iba a trabajar aquí dos años después”, recordaba.

Su primer pensamiento al saber que había sido la persona elegida fue de satisfacción, “para mía era un honor y un privilegio”. Iniciaba en 2011 una trayectoria de diez años en los que reconoce haber aprendido muchísimo, ha recibido la ayuda de otros gerentes con experiencia, como Javier Reviriego, y ha contado con el apoyo de “grandes jefes”. “Simplemente tenías que tener actitud y apoyarte en la gente adecuada”, afirmaba. Pero sin duda, quien más ha marcado esta etapa ha sido la figura de Felipe Oriol, a quien recuerda con emoción y considera que ha sido su “gran valedor y su mentor”. Para él “ha sido una persona que, junto con la directiva, ha tenido una gran visión para transformar el club en lo que es hoy en día. Ahora hay un club para las siguientes generaciones, para los próximos 50 años”. 

Han sido diez años en los que se han ido cumpliendo objetivos, con el desarrollo de proyectos, entre los cuales los más importantes han sido la reforma del campo largo y del campo corto, zonas de entrenamiento del juego corto, la casa club, el paisajismo, el gimnasio nuevo, pistas de tenis y pádel, los salones del club, el comedor principal, terrazas para cenas, salón de socios, la tienda, etc. Y a nivel de digitalización, el cambio de todos los software del club y la incorporación de una aplicación móvil para los socios. 

Ahora vuelve a Madrid con su familia, donde le esperan nuevos retos y llevándose en la bolsa de los recuerdos “la oportunidad de haber conocido a gente de todo el mundo, una gran experiencia profesional con todos los empleados del club, que sin ellos no hubiese podido conseguir nada y la experiencia de haber dirigido un club referente, al que acuden a diario a conocerlo desde todas las partes del mundo”, nos explicaba. “Para mí ha sido un sueño y me voy triste, porque dejar este club es complicado. Me voy apasionándome mi trabajo pero tengo otro esperándome, que espero que sea igual”, concluía.