En nuestro Café con el director general de Santa María Equestrian Club conocemos su gran afición por la hípica y su trayectoria profesional que ha sabido unir en la labor que  desempeña actualmente en este histórico club de Sotogrande

Antonio Merino Schouten nos recibe en el Santa María Equestrian Club, el nuevo gran proyecto de la entidad promovida por la familia Mora-Figueroa, que ha añadido el espectáculo de los saltos ecuestres a la oferta deportiva y social que se puede disfrutar en Sotogrande.

Nacido en Málaga, de padre español y madre holandesa, fue precisamente de ella de la que este ingeniero industrial heredó su pasión por los caballos. Una afición que ha marcado buena parte de su vida, comenzando por su infancia y adolescencia en Fuengirola.

“Terminaba el instituto y en bici hacía 10 kilómetros hasta el club hípico. Montaba todas las tardes con mi entrenadora, después ayudaba con las clases, cuidaba los caballos de los clientes, y los fines de semana a competir”, recuerda Antonio. “Cuando llegó la universidad tuve que centrarme en mis estudios de ingeniería y ya no podía dedicarle tanto tiempo a montar. No obstante mantuve el contacto con la hípica porque me hice juez nacional de doma clásica”.

“Cuando ya empecé a trabajar tuve que ir dejando lo de ser juez para centrarme en los primeros proyectos que dirigí”, nos comenta nuestro protagonista sobre su faceta profesional, que le ha llevado a participar en importantes obras como hospitales, hoteles como el de Finca Cortesín y su casa club; centros comerciales como ‘El Cortijo’ y el IKEA de Alcorcón; e incluso la ampliación del aeropuerto ‘Pablo Picasso’ de Málaga.

Esa exitosa trayectoria profesional como ingeniero, y su amplio conocimiento de la hípica, fueron claves para su incorporación a Santa María Polo Club hace ocho años. “Llegué en mayo de 2016 a través de la empresa de ingeniería, que además de proyectos exteriores se encarga del mantenimiento de nuestras instalaciones. En un principio mi incorporación al club no iba a estar relacionada con lo deportivo, sino en la gestión y optimización de recursos, pero eso fue cambiando desde los primeros meses, y ya me metí de lleno”.

“Mi llegada a Santa María Polo Club coincide precisamente con la idea de optimizar la actividad del polo, cambiando hacia un modelo de mayor rendimiento. No siempre ha sido fácil, toda la parte de eventos, restauración, etc.… era algo nuevo para mí, pero fue apasionante y aprendí mucho”, explica Antonio sobre su primera etapa con el polo. “Con el nuevo proyecto de hípica volví a algo mucho más parecido a lo que yo practicaba de joven, aunque ahora desde la gestión, no subido a caballo”.

“Al final, gracias a Santa María Club he podido unir mis dos mundos y mi experiencia en hípica me ha ayudado mucho. A la hora de diseñar las instalaciones de este club hemos tenido en cuenta todo lo que necesita el caballo, tanto en las cuadras como en la pista, y que podamos prestar el mejor servicio”. En cuanto a su etapa del polo, aunque le dedicaba “todas las horas del día, salvo las de dormir”, Antonio reconoce que echa de menos la gestión del Torneo Internacional, ahora en manos de Ayala Club, “aunque sigo estando presente porque, al igual que las canchas de Puente de Hierro que ahora gestiona Iridike, seguimos siendo los propietarios de Los Pinos y del propio Torneo. Ahora hay una nueva dirección que ha tomado las riendas con ilusión, pero casi todo el polo en Sotogrande se realiza en nuestras instalaciones, con lo que no podemos desvincularnos”.

“Además hay otros deportes en nuestras canchas, y otros eventos como el afterpolo o el festival de música. Este aprovechamiento múltiple de nuestras instalaciones es una necesidad”, explica Antonio. “La temporada de polo es de mayo a septiembre, pero el mantenimiento es continuo, por eso la idea es que todas nuestras instalaciones tengan actividad durante todo el año. La apuesta de futuro de Santa María es seguir con el polo de alta calidad, con uno de los cuatro grand slam mundiales y, por otro lado, desarrollar la hípica en esta finca. Así podremos tener aquí hípica en otoño e invierno y algo de polo en verano, mientras que en Los Pinos tener el polo de alta calidad en primavera y verano, y fútbol y otras actividades en otoño e invierno”.

En el presente, Santa María Equestrian Club ha optado por especializarse en los concursos nacionales de salto, habiendo concluido una nueva temporada con éxito. “No queremos concursos muy masivos para poder configurar unos horarios cómodos para los competidores y hemos conseguido lo que queríamos. Unos concursos atractivos en unas instalaciones magníficas”.

De cara al futuro, Antonio espera seguir “siendo parte de este proyecto muchos años más”, trabajando en la histórica relación que Sotogrande mantiene con las competiciones a caballo. “Tenemos un entorno magnífico y unos espectaculares campos de golf, pero lo que lo que hace diferente de otros enclaves parecidos en el mundo es el polo”, concluye nuestro protagonista.