Se acerca el verano y las vacaciones escolares, momento que los niños reciben con enorme ilusión pero que para muchas familias supone un grave problema de conciliación. De ahí que muchas de ellas necesiten de campamentos de verano para poder compatibilizar las necesidades familiares y laborales. Existe una gran diversidad de ellos, los hay deportivos, de idiomas, multiaventuras, deportivos, urbanos, con o sin pernocta,…¿ cómo elegir ?
Lo principal es que el niño quiera voluntariamente asistir y que sea parte activa en la elección del mismo. Es importante tener en cuenta como es él o ella, sus gustos, su grado de madurez… y elegir conjuntamente aquél que más se ajuste a cada caso. Si tu hijo es muy movido disfrutará más en un campamento multiaventura, o si le encanta el deporte en uno más enfocado a su actividad deportiva favorita. Esto aumentará su motivación e implicación. Lo ideal es que ellos lo vivan como una recompensa, como algo divertido, más que como una imposición obligatoria.
En los que hay que dormir fuera de casa implican que el niño tenga cierto nivel de autonomía y esté acostumbrado a pasar noches con familiares o amigos. De lo contrario existe la posibilidad de que haya que recogerle antes de tiempo porque echarán de menos a sus papás y mamás. También la distancia es importante, a muchos padres les da tranquilidad la cercanía por dicho motivo o por si ocurre cualquier incidente.
La edad también cuenta, entre los 3 y 6 años la asistencia suele ser a campamentos urbanos en colegios, academias o centros deportivos, mientras que a partir de esta edad , especialmente a los 8 o 9 años, están más preparados para campamentos con pernocta. La duración es un factor a tener en cuenta de manera que aquellos que no estén acostumbrados a dormir fuera de casa quizá deberían comenzar con una semana e ir aumentando a la quincena el siguiente año. Si acaban con un buen sabor de boca les motivará a repetir.
Por otro lado, las instalaciones deben cumplir con las medidas de seguridad y especialistas requeridos ; número de monitores por grupo y su titulación, así como el comedor y atención a requerimientos especiales de dietas.
Además de una ayuda a la conciliación, los campamentos de verano tienen muchos beneficios ya que favorecen habilidades y competencias que van a ayudar a tu hijo a desenvolverse en la vida. La gestión emocional que van a aprender al enfrentarse a situaciones nuevas y en un entorno diferente, el desarrollo de las habilidades sociales al hacer nuevos amigos, la capacidad de cooperación y el trabajo en equipo, el contacto con la naturaleza, así como el grado de autonomía que van a desarrollar, …y todo ello en un entorno lúdico hará del campamento, sea en la modalidad que sea, una experiencia muy enriquecedora para ellos.