La sucesión de acontecimientos desde el día 1 da para bastante más de 400 palabras, y a ese número me limito. Pero es ¡tremendo! el simple relato de las noticias.
Respecto al BREXIT, hubo acuerdo de última hora, tal como escribía en mi anterior artículo, y está bien, todos le damos la bienvenida. En lo nuestro, el otro acuerdo, el referido a Gibraltar entre España y RU, más bien “principio de acuerdo” de ultimísima hora, que las partes – como siempre – interpretan de distinto modo, aunque al menos sirve para que la frontera siga prácticamente igual, aunque muy influida por los “confinamientos” tan diferentes en Gibraltar y La Línea, por más que los contagios se disparan en los dos lados. Y los políticos hablan, quizás más de la cuenta sin tener las cosas claras y sin pensar en cómo se escucha en el otro lado y más lados cercanos (Marruecos).
Dijo la Ministra Laya que con él desaparecería “la verja”, y los de aquí aplaudiendo. A ver si nos aclaramos, en sentido figurado es permisible esa afirmación, pero ¿puede desaparecer “la verja”, técnicamente frontera, si Gibraltar no forma parte de la Unión Aduanera? NO, por más que pueda integrarse en el Espacio Schengen, que se refiere al paso de personas, pero no de mercancías. Entonces, ¿qué está diciendo? Querida, siempre tendrá que haber Aduana con Guardia Civil, y esto es igual a “verja”. Parece que no se lo hayan explicado.
Y está por ver cómo se implementa lo del espacio Schengen, porque en Gibraltar se dice que el control policial que implica al convertirse en frontera exterior de la UE, es suyo, y aquí que es de España. Hay seis meses para ello, pero para cada uno es una “línea roja”.
Pasemos a la pandemia. En Gibraltar se dispararon los casos cuando vinieron a su casa los estudiantes a pasar las navidades en familia y trajeron la nueva cepa británica que se transmite con más velocidad. Ante la alerta, las autoridades del Peñón adoptaron medidas de confinamiento con cierre de bares y restaurante, y los llanitos salieron en tromba a gozar en La Línea. Resultado: La Línea bate récords de contagios, y al día de hoy está cerrada, confinada, asustada.
Añadamos al panorama el temporal de agua que todo lo inunda en esa ciudad situada al nivel del mar. El coctel es perfecto. Al menos no parece Laponia, como Madrid, solo nos faltaba.
Y lo de Tramp? De película, o de serie americana conspiranoica.
Absolutamente incomprensible, pero real como la vida misma.
¿Y que más tendremos para alucinar cuando esto se publique?