Por OLIMPIA TARDÁ, gerente del International Montessori School
psicóloga infantil, especialista en coaching familiar

Robert Waldinger, psiquiatra y profesor de la Universidad de Harvard llevó a cabo un estudio sobre la felicidad centrado en cómo las relaciones interpersonales afectan al bienestar y la satisfacción de las personas, llegando a considerarlas una de las claves para ser feliz

Según los resultados de dicho estudio, la felicidad no depende tanto de las circunstancias si no de nuestra actitud al enfrentarlas y, de cómo tengamos estructurado nuestro entorno social. Uno de los problemas principales a los que nos enfrentamos no sólo adultos si no también niños y jóvenes es al estrés. Durante el curso escolar, las obligaciones laborales, escolares, horarios, compromisos, las complicaciones del día a día,…nos introducen en una vorágine de prisas y carrera por llegar a todo que nos lleva a sufrir un alto nivel de estrés que si no aprendemos a gestionar de forma adecuada puede repercutir en nuestra salud física y emocional. Waldinger nos anima a enfrentar el estrés reservando tiempo en nuestras agendas para disfrutar de actividades compartidas. Fomentar relaciones significativas y duraderas con nuestro entorno, familiares y amigos, nos reportará una red de apoyo para superar momentos complicados y nos ayudará a sentirnos mejor emocionalmente mientras entrenamos nuestras habilidades sociales. Familia y amigos nos ayudan a crecer como personas, por tanto, no los descuidemos, mantener una relación consistente y duradera con ellos será imprescindible para nuestro bienestar.

Así, conociendo la importancia de cómo las relaciones sociales pueden impactar en la felicidad, ayudemos a nuestros niños y jóvenes a desarrollar unas buenas habilidades sociales desde muy pronto para que puedan aprender a interactuar con los otros de manera positiva.  El aprendizaje de estas habilidades lleva al niño a expresarse de manera adecuada y a interactuar con sus iguales y con los adultos expresando sus sentimientos, deseos y opiniones de manera respetuosa hacia los demás y también hacia ellos mismos. Por tanto, implican una manera de relacionarse eficaz y satisfactoria para todos que permite solucionar conflictos, minimizar problemas y estrechar lazos afectivos.

Comienzan a desarrollarse a través de la relación con los padres y luego se van consolidando en los entornos escolares y extraescolares, a través de las relaciones que se establecen con otros niños y adultos. Habilidades sociales que se pueden ir desarrollando desde la infancia, son la empatía, asertividad, autocontrol emocional, adaptación, escucha activa, comunicación, cooperación, validación emocional, resolución de conflictos y negociación.

En un momento como el actual, en el que muchos están o comienzan sus vacaciones, hagamos un parón en nuestras rutinas y reconectemos con nosotros mismos y nuestras familias, disfrutemos en compañía y aprovechemos para poner en práctica todo ese arsenal de recursos que ayudarán a vuestros hijos a ser más felices. Los adultos podemos ser referentes enseñando a nuestros niños a través de modelos de comportamiento adecuados, saludar, pedir ayuda, expresar desacuerdos de manera asertiva, comunicando, resolviendo conflictos  de manera respetuosa, fomentar la empatía ayudando a los niños a comprender las emociones de los demás y a ponerse en su lugar. Y sobre todo disfrutar del momento. Feliz verano.

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Educating in Social Skills: A Path to Happiness

Robert Waldinger, psychiatrist and professor at Harvard University, led a long-term study on happiness focusing on how interpersonal relationships affect people’s wellbeing and life satisfaction, identifying them as one of the key ingredients for being happy.

According to the study’s findings, happiness depends less on circumstances and more on our attitude towards them and on how our social environment is structured. One of the main challenges faced not only by adults, but also by children and young people, is stress. During the school year, work and academic obligations, timetables, commitments and the complications of daily life push us into a whirlwind of rushing around, trying to fit everything in. This high level of stress, if not managed properly, can harm both our physical and emotional health. Waldinger encourages us to face stress by setting aside time in our schedules for shared activities. Building meaningful, lasting relationships with those around us, family and friends, gives us a support network to get through difficult moments, improves our emotional wellbeing, and trains our social skills. Family and friends help us grow as individuals; therefore, we must not neglect them. Keeping consistent, lasting connections with them is essential for our wellbeing.

With the understanding of how social relationships can impact happiness, we should help our children and young people develop strong social skills from an early age, so they can learn to interact positively with others. The learning of these skills enables children to express themselves appropriately, interact with peers and adults respectfully, and communicate their feelings, desires and opinions in ways that respect others and themselves. In essence, it is a way of relating effectively and satisfactorily for all involved, solving conflicts, minimising problems, and strengthening emotional bonds.

These skills begin to develop through relationships with parents and later take shape in school and extracurricular settings, through interactions with other children and adults. Social skills that can be nurtured from childhood include empathy, assertiveness, emotional self-control, adaptability, active listening, communication, cooperation, emotional validation, conflict resolution, and negotiation.

Now, in a moment when many are already on, or just beginning, their holidays, let’s take a break from our routines and reconnect with ourselves and our families. Let’s enjoy each other’s company and take the opportunity to put into practice all those tools that will help our children be happier. Adults can be role models, teaching through our own behaviour, greeting others, asking for help, expressing disagreement assertively, communicating and resolving conflicts respectfully, fostering empathy by helping children understand others’ emotions and put themselves in their place. And above all, let’s enjoy the moment. Happy summer.