Juan Carmona de Cózar. Abogado. Ex alcalde

Decía que esta comarca, pese a su potencial de riqueza basada en posición geográfica, recursos e infraestructuras y calidad de vida, bate cifras de paro y anda regular de imagen. Y que los políticos, los agentes sociales y los medios de comunicación hablan constantemente de “abandono por parte del Estado” como causa de todos los problemas. Y no es así, al menos totalmente así. 

Cierto es que nuestra pertenencia a la provincia de Cádiz no nos ha beneficiado. Desde la capital siempre se han tratado de ralentizar y disminuir las inversiones porque se ha considerado que la prosperidad de la Bahía de Algeciras podía ir en detrimento de la de la Bahía de Cádiz. Por eso tardó tanto la autovía que nos lleva a Jerez, ya que buenas comunicaciones que unieran el Puerto con el interior podrían situarlo en posición de competir con el de Cádiz. Pero esa batalla se perdió hace tiempo por los capitalinos, su puerto comenzó el declive hace siglos, cuando se perdieron las colonias americanas, ya que sus condiciones naturales no pudieron competir con las de nuestra bahía.

La realidad es que, si repasamos el papel inversor del Estado en los últimos setenta años, no podemos quejarnos demasiado. Con una gran excepción, clamorosa asignatura pendiente, la conexión ferroviaria y otra de menor rango, convertir en autovía la carretera N-340 hasta Vejer de la Frontera. En su momento no se hizo por las absurdas protestas ecologistas y se perdió esa oportunidad cuando había dinero para ese tipo de inversiones. Como se perdió también la posibilidad de convertir el Puerto de Tarifa en puerto deportivo. Pero en los demás ámbitos de inversión pública el esfuerzo del Estado ha sido importante, sobre todo en vivienda pública. Nuestra tasa de vivienda de promoción pública por habitante duplica la media andaluza y nacional y ahora mismo, se está notando el esfuerzo en la lucha contra el contrabando y el narcotráfico.

Aquí lo que ha faltado y falta es liderazgo político o políticos con vocación local y no con miras a su propia promoción en otros ámbitos, que les obliga a comportamientos de sumisión a sus partidos. Y también se ha echado siempre en falta unidad de acción y solidaridad entre los pueblos, para reconocer que los problemas y las necesidades no son los mismos en todos ellos. Por ejemplo, los efectos del Brexit en Gibraltar, los problemas en la frontera, ¿los van a sufrir Jimena o Tarifa? No, los puede sufrir La Línea y quizás algo San Roque o Algeciras en menor medida y en función de las necesidades reales habrá que actuar. Y eso se sabe, se ve desde aquí. Para Madrid o Sevilla, el Campo de Gibraltar es un todo y lamentablemente no es así.