Por OLIMPIA TARDÁ, gerente del internacional montessori school Psicóloga infantil, especialista en coaching familiar

Llega septiembre y con ello la tan temida vuelta al cole, muchas familias viven con gran estrés y ansiedad el regreso a las aulas ante el miedo a poner en peligro la salud de sus hijos u otros familiares cercanos. El consejero andaluz de Educación y Deportes, Javier Imbroda insiste en que la educación será presencial y en que las ausencias tienen que estar justificadas. Ante este escenario, ¿Qué pasa si unos padres deciden no llevar a su hijo a clase, están incurriendo en un delito? Según la  presidenta de la asociación de abogados de familia M. Dolores Lozano, el código civil regula como deberes de los padres y madres inherentes a la patria potestad,  «velar por los hijos, tenerlos en su compañía, alimentarlos, educarlos y procurarles una formación integral», y ello supone poner los medios para su escolarización además de velar por su salud. Para que un incumplimiento de los deberes de la patria potestad sea considera delito ha de ser grave y duradero en el tiempo, por tanto, optar por no llevar a su hijo al colegio, no con la finalidad de desatenderle, sino por considerar que de dicho modo se protege su salud, y durante el tiempo estrictamente imprescindible, no es delito. Pero el miedo, por sí solo no justifica la no asistencia, tiene que haber un problema de salud objetivable.

Muchas familias se están planteando en estos días el homeschooling o educación en casa. Aunque esta opción lleva años practicándose en nuestro país y es legal en otros lugares como Inglaterra por ejemplo, aquí aún no está regulada. En España la educación es obligatoria desde los 6 hasta los 16 años, por lo que la responsabilidad de escolarización recae sobre los padres o tutores legales.

La Asociación libre de enseñanza persigue la normalización del homeschooling en nuestro país como una opción educativa más, cada vez hay más familias que desean esta alternativa para educar a sus hijos, sin embargo el ministerio no contempla de momento su regularización. 

Entre los que están a favor de educar en casa se argumenta sobre todo la individualización de la enseñanza, la eliminación de la presión por conseguir unos objetivos en un tiempo determinado, al evitarse las limitaciones temporales y espaciales de los centros escolares, el homeschooling se amolda al ritmo de aprendizaje del alumno y hace posible que este desempeñe un papel más activo en su proceso educativo. Entre los argumentos contrarios a la misma, la socialización de los niños es el más compartido , es importante que los niños se relacionen con sus iguales en un ámbito distinto al del hogar y compartan diferentes modos de pensar .

En cualquier caso, la decisión de educar en el hogar no es fácil y requiere una reestructuración completa del funcionamiento familiar para poder conciliarla con el horario laboral de los progenitores, la economía, la búsqueda de recursos de aprendizaje y otros aspectos legales que cada familia tendrá que valorar si en su caso es o no lo más conveniente.