Las incógnitas y el esfuerzo de los centros por adaptar los espacios y la organización interna han marcado el primer mes en los colegios. Mientras los cambios siguen sucediéndose, los docentes dan paso al desarrollo del plan educativo
Por Reyes Seijas
Septiembre se aproximaba y con él, el inicio de un curso escolar sin precedentes. El conjunto del colectivo educativo, profesorado, padres y alumnos se han tenido que adaptar en un tiempo récord a las cambiantes circunstancias impuestas por la pandemia y los nuevos protocolos para cualquier espacio público.
La incertidumbre, el temor a que se disparasen los contagios y el desconcierto han asolado especialmente a las familias, que hasta el último momento no han contado con una información clara y precisa y la tensión se ha hecho notar. En este sentido el director del CEIP Barbésula, Rubén Reyes, explicaba a SGplus que “ha sido un comienzo de curso muy duro. Las familias no entendían que las medidas venían desde arriba y andaban algo desorientadas por los constantes cambios”.
Tras la obligada improvisación del sistema educativo cuando en la pasada primavera nos sorprendía la pandemia, la opinión generalizada era que las autoridades competentes debían elaborar un plan que garantizase la seguridad de la educación presencial al iniciarse el nuevo curso. Los centros elaboraron antes de las vacaciones protocolos que, según ha podido constatar SGplus, se han visto en la necesidad de modificar casi al completo. Porque hasta ya iniciado el mes de septiembre no han tenido nuevas instrucciones con cambios en las directrices.
Tan solo en el Campo de Gibraltar, 43.000 escolares se han incorporado a las aulas y aunque ha habido casos en los que ha sido necesario activar el protocolo por prevención, ningún centro permanecía cerrado al cierre de esta edición. “Desde el principio hemos intentado concienciar a las familias de participar en la conducta preventiva, hacer conciencia social y ser responsables con la propia comunidad educativa”, comentaba a SGplus el director del CEIP Gloria Fuertes, Francisco Javier Villaverde.
Los centros han hecho los deberes y todos confirman la adecuación en apenas una semana de los espacios y los protocolos de actuación para cumplir con la normativa vigente y priorizar la seguridad de sus alumnos. Aunque, como aseguraba Jorge Ortiz, director del IES Sierra Almenara, “el tema de los espacios ha sido el mayor problema con el que nos hemos encontrado”.
La mayoría afirma que los alumnos venían también con la lección aprendida y la capacidad de adaptación de los niños no deja de sorprender al profesorado. Lo que ha facilitado que el uso de mascarilla, el lavado frecuente de manos y su desinfección, así como la reordenación dentro del aula y fuera con los recreos y las entradas y salidas sectorizadas por distintas puertas se haya llevado de un modo natural en el caso de los niños. “Los estudiantes han sido las estrellas, siempre se han adaptado muy bien a las situaciones cambiantes y no han dejado que las restricciones obstaculicen su capacidad para divertirse, aprender y participar”, subrayaba James Kearney, director del Colegio Internacional de Sotogrande.
Comprobar que los contagios no se han disparado tras más de un mes de clases ayuda a la comunidad educativa a aliviar tensiones. La idea general es vivir este curso desde una perspectiva cortoplacista, convencidos de que en cualquier momento la situación puede cambiar y, sobre todo, estando preparados para garantizar una educación online de calidad al alumnado.
Por su parte, la vicepresidenta de la Federación Provincial de AMPAS de Cádiz (Fedapa), Cristina Sánchez Bonelo, afirmaba a SGplus que “el curso ha empezado con muchísima improvisación, muy pocos recursos, con muy poco tiempo de planificación, con muy poca escucha por parte de la Administración a esas inquietudes que mostraban las familias y muy pocos mensajes tranquilizadores”. Aplaude la labor de los equipos docentes y sin embargo, a pesar de las distintas reuniones mantenidas con representantes de la Administración, “la sensación es bastante desoladora”, asegura.
Otra de las cuestiones señaladas por la vicepresidenta, que coincide con la prioridad marcada por International Montessori School es la necesidad de cuidar y atender al desarrollo social y la salud emocional del alumnado, especialmente en Infantil y Primaria. “Si a un niño le impides que tenga contacto social, le estás quitando casi el 80 o el 90 por ciento de lo que significa la escolarización”, valoraba la directora del centro, Tamara Muñoz.
Aprender a vivir con esto por el momento, estar preparados ante constantes cambios y no bajar la guardia en la prevención viene a ser la fórmula que nos permitirá sobrevivir en tiempos de pandemia.